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Las tasas de ciertos cánceres están aumentando entre los adultos jóvenes y no está del todo claro por qué. Para entender dicha tendencia, muchos científicos han establecido conexiones con el aumento simultáneo de otra importante crisis de salud pública: la obesidad.

Las generaciones más jóvenes tienen más probabilidades que nunca de desarrollar obesidad. En 2009, alrededor del 33% de los adultos de 20 a 44 años padecían la condición. Para el año 2020, dicha cifra se disparó al 41%.

Tener sobrepeso u obesidad (un índice de masa corporal [IMC] superior a 25) está relacionado con un mayor riesgo de padecer 13 tipos de cáncer, que representan el 40% de los cánceres diagnosticados cada año en países como Estados Unidos.

Los científicos saben desde hace mucho tiempo que la obesidad incrementa el riesgo de desarrollar cáncer y de fallecer a causa de este en los adultos mayores. Investigaciones más recientes sugieren que la obesidad también puede cambiar el momento de aparición del cáncer, lo que hace que sea más probable su aparición en grupos más jóvenes.

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De acuerdo con los expertos, parece que la incidencia del cáncer está aumentando entre los adultos jóvenes y se debe principalmente a diagnósticos de cánceres relacionados con la obesidad. Esto sugiere que la obesidad tiene algo que ver con el aumento de los cánceres de aparición temprana.

Un estudio del año 2019, realizado entre 1995 y 2014, halló un aumento en los diagnósticos tempranos de 6 de 12 cánceres relacionados con la obesidad. De los 18 cánceres no relacionados con la obesidad, sólo dos se volvieron más comunes entre los adultos jóvenes.

La conexión entre la obesidad y las crisis de cáncer de aparición temprana es multifacética. Los mecanismos biológicos son complejos: el propio tejido graso puede estimular el desarrollo y crecimiento del cáncer al estimular la inflamación y las hormonas promotoras de la enfermedad.

La obesidad también está relacionada con varias enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardíacas, que pueden exacerbar el riesgo de cáncer. Asimismo, las personas con obesidad pueden enfrentar barreras sociales para las pruebas de detección, que en ocasiones conducen a enfermedades más agresivas y a peores resultados.

 

Fuente: Very Well Health