La obesidad suele comenzar durante la niñez. Diversas investigaciones han demostrado que si una persona tiene obesidad a los 5 años, es más probable que tenga obesidad durante la edad adulta. En contraste, si un niño no tiene obesidad a los 5 años, su riesgo de padecerla a lo largo de su vida es significativamente menor.

La obesidad es el resultado de una combinación de factores genéticos, ambientales y de estilo de vida. Aunque las familias no pueden cambiar sus genes, sí pueden modelar patrones de estilo de vida saludables para que los niños puedan prevenir la obesidad desde una edad temprana.

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Por ello, para prevenir la obesidad durante la niñez, las familias pueden:

  1. Promuevan una alimentación saludable: las familias pueden intentar cambiar los refrigerios procesados, como papas fritas, por refrigerios más saludables, como rodajas fritas de manzana con canela al horno. Decir no a los refrescos es otro gran punto de partida.
  2. Manténganse activos juntos: tanto los padres como los niños pueden beneficiarse al realizar actividad física juntos. Establezcan una tradición de actividad física, como jugar frisbee o andar en bicicleta juntos después de la escuela. Los niños de 6 a 17 años deben realizar 60 minutos de actividad física al día.
  3. Asegúrate de dormir constantemente: los niños que no duermen lo suficiente poseen un mayor riesgo de desarrollar obesidad, diabetes tipo 2 y otras afecciones de salud. La cantidad de sueño ininterrumpido que tu hijo(a) requiere depende de su grupo de edad, pero la clave es un horario constante para acostarse, incluso los fines de semana.
  4. Minimicen el tiempo frente a las pantallas: demasiado tiempo frente a una pantalla durante la infancia incrementa el riesgo de obesidad, falta de sueño, alimentación poco saludable y más. Siempre que sea posible, es importante reemplazar el tiempo frente a la pantalla con tiempo en familia o de actividad física. Como mínimo, las pantallas deben apagarse al menos una hora antes de ir a dormir.

Si te preocupa el peso de tu hijo(a), comunícate con un proveedor de atención médica. Es posible que tu médico pueda ayudarte a identificar los factores de estilo de vida que contribuyen al aumento de peso de tu hijo(a). También puede evaluar cualquier riesgo para la salud que pueda tener tu niño(a) en función de tu peso o de tus antecedentes familiares.

Fuente: Very Well Health