Papás y mamás, ¿sabían que la obesidad puede conducir a enfermedades del hígado en los niños de hasta 8 años de edad? Pues así lo advierte un nuevo estudio publicado en la revista Journal of Pediatrics.

El trabajo evaluó a 635 niños en el estado estadounidense de Massachusetts durante varios años, encontrando que un tamaño de cintura más grande a los 3 años de edad aumentaba las probabilidades de que un niño tuviera un marcador de daño hepático y de enfermedad de hígado graso no alcohólico (EHGNA) a los 8 años.

Recordemos que la EHGNA ocurre cuando una gran cantidad de grasa se acumula en el hígado de aquellas personas que beben poco o nada de alcohol, desencadenando una inflamación que causa daño en dicho órgano. La condición afecta a aproximadamente 80 millones de personas y es la afección hepática crónica más común en niños y adolescentes, dijeron los autores.

Volviendo al estudio, el marcador observado por los investigadores se llama ALT. A la edad de 8 años, el 23 por ciento de los niños estudiados mostraron niveles elevados de ALT en su sangre. Aquellos con un tamaño de cintura mayor a lo normal cuando cumplieron 3 años y aquellos con mayores aumentos de obesidad entre las edades de 3 y 8 tuvieron más probabilidades de tener ALT elevado a los 8 años, hallaron los científicos.

Alrededor del 35 por ciento de los niños con obesidad de 8 años registraron ALT elevado, en comparación con el 20 por ciento de los niños cuyo peso fue normal, destacó el estudio de la Universidad de Columbia.

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«Con el aumento de la obesidad infantil, estamos viendo más niños con enfermedad hepática grasa no alcohólica en nuestra práctica de control de peso pediátrico», lamentó la doctora Jennifer Woo Baidal, autora principal del estudio, directora de control de peso pediátrico en el Centro de Cirugía Bariátrica Adolescente del Hospital Infantil Presbiteriano de Nueva York y profesora asistente de pediatría en la citada universidad.

«Muchos padres saben que la obesidad puede conducir a diabetes tipo 2 y a otras afecciones metabólicas, pero hay mucha menos conciencia de que la obesidad, incluso en los niños pequeños, puede conducir a una enfermedad grave del hígado», agregó.

Aunque la EHGNA por lo general no causa síntomas, sí puede provocar cicatrices (cirrosis) en el hígado y cáncer.

«Algunos médicos miden los niveles de ALT de niños en riesgo a partir de los 10 años, pero nuestros hallazgos subrayan la importancia de actuar más temprano en la vida de un niño para prevenir el exceso de peso y la posterior inflamación del hígado», subrayó Woo Baidal, por lo que urgió a desarrollar mejores métodos para detectar, diagnosticar, prevenir y tratar esta enfermedad desde la infancia.

Por lo pronto, la experta afirma que la mejor manera para que los niños y adultos combatan la enfermedad de hígado graso es bajando de peso, comiendo menos alimentos procesados ​​y haciendo ejercicio regularmente.

 

Vía: Health Day News