Niños quisquillososNo querer comer ciertos alimentos o discriminar algún tipo de platillo es lo que comúnmente conocemos como ser quisquillosos con la comida. Aunque se presenta en personas de diversas edades, es durante la niñez cuando se acentúa este comportamiento, es por ello que vale la pena preguntarse: ¿en qué momento los padres deben comenzar a preocuparse por su hijo quisquilloso?

La respuesta lógica es cuando el pequeño comience a presentar problemas en su desarrollo, es decir, que no crezca conforme a su edad, o cuando incluso presente problemas de salud. Sin embargo, especialistas sugieren que los padres pueden hacer mucho antes de llegar a esos extremos.

“Los padres casi siempre me contestan que el niño casi no come, que no tiene apetito, que el niño es increíblemente y terriblemente quisquilloso”, comparte la doctora Perri Klass. “Puede ser realmente doloroso para los padres ver cómo sus hijos rechazan la comida y preocuparse porque no les están dando todas las vitaminas, proteínas y verduras que necesitan”, añade.

“Como pediatra, me preocupo cuando los niños no aumentan de peso o, a veces, cuando ganan mucho peso, como algunos de los niños que solo se alimentan de comida blanca”, indica Perri y explica que, en la mayoría de los casos, los niños son quisquillosos para comer solamente por discriminar ciertos alimentos o porque tienen miedo de experimentar nuevos sabores.

Sin embargo, indicó que hay algunos casos raros donde un niño no crece apropiadamente debido a problemas más serios, “desde alergias alimentarias y afecciones gastrointestinales hasta autismo y otros temas del desarrollo”. Por ello, subrayó que “los pediatras pueden ayudar al asegurarse de que, efectivamente, el niño va creciendo con normalidad, y pueden investigar qué más puede estar pasando”, para descartar posibles afectaciones más serias.

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No obstante, “la mayoría de los niños no tienen un problema médico serio”, enfatizó. “A pesar de los mejores esfuerzos de sus padres para ofrecerles una gran variedad de alimentos, algunos niños son muy renuentes”, detalla.

Sobre este punto y a manera de recomendación, la doctora Natalie Muth, pediatra, dietista certificada y autora, dijo que es importante exponer a los niños a diferentes sabores incluso a través de lo que la madre come durante el embarazo y la lactancia.

De acuerdo con Natalie, muchos niños se vuelven relativamente quisquillosos aproximadamente a los 2 años de edad, así que indicó es importante exponer a los niños más pequeños a muchos alimentos, muchas veces. Esto se debe a que entre los 6 y los 18 meses de edad están más dispuestos a probar nuevas cosas, y múltiples acercamientos les ayudarán a aprender a disfrutar distintos sabores.

“Hablo sobre entrenar sus papilas gustativas; puedes necesitar varios intentos antes de que algo le guste”, explicó la especialista. “Ni siquiera tiene que masticarlo y tragarlo, simplemente ponlo en su lengua”, indicó.

Aunque puede ser un proceso largo, Natalie brinda ánimos a los padres de hijos quisquillosos para seguir intentándolo y no rendirse a la tentación de crear comidas alternas. “Una familia, un menú. Quizá puedas incluir algo que tu hijo sí come, pero no des un trato especial al niño quisquilloso”, recomendó. “No es una causa perdida. Podemos ayudar a los niños a que coman más saludable y variado, pero toma tiempo”, concluyó.

 

Vía: The New York Times