Existe una creciente evidencia de que los niños con dislexia pueden tener una mayor inteligencia social y emocional.

Además de mostrar que la dislexia puede ser mucho más compleja que las malas habilidades de lectura, los resultados de un nuevo estudio publicado en la revista Cortex se suman a investigaciones previas que indican que la dislexia suele estar relacionada con fortalezas interpersonales ocultas.

«Existen anécdotas de que algunos niños con dislexia poseen una mayor inteligencia social y emocional», destacó Virginia Sturm, coautora del estudio y profesora del Centro de Memoria y Envejecimiento de la Universidad de California en San Francisco (UCSF), en Estados Unidos.

«No queremos decir que todos los niños con dislexia estén necesariamente dotados de esta manera, pero podemos pensar que la dislexia está asociada con fortalezas y debilidades», agregó Sturm.

En términos de debilidades, los investigadores notaron que una mayor reactividad emocional y sensibilidad entre los niños con dislexia podría aumentar su riesgo de ansiedad y depresión.

Para el trabajo, los investigadores evaluaron a 32 niños con dislexia de entre 8 y 12 años, y a 22 niños sin esta discapacidad del aprendizaje.

Conoce más: ¿Por qué es importante la intervención temprana en la dislexia?

Los niños con dislexia fueron evaluados para confirmar si tenían dificultades para leer. Asimismo, se evaluó su capacidad de pensamiento y de comprensión de términos emocionales. Los niños y sus padres también completaron cuestionarios sobre la salud emocional y mental de los jóvenes.

Los científicos descubrieron que los niños con dislexia tenían respuestas fisiológicas y de comportamiento más fuertes al ver videos emocionalmente poderosos, en comparación con los niños sin dislexia.

Esta respuesta emocional más fuerte se asoció con una mayor conectividad en la red de prominencia del cerebro, la cual está involucrada con la generación de emociones y la autoconciencia, indicó el estudio.

«El mensaje para las familias es que esta afección puede definirse por sus efectos negativos en la lectura, pero debemos analizar más profunda y ampliamente todas las funciones cerebrales en la dislexia para comprender mejor sus fortalezas asociadas, y para identificar estrategias de remediación efectivas«, subrayó la doctora Maria Luisa Gorno-Tempini, profesora y codirectora del Centro de Dislexia de la UCSF y coautora del estudio.

Los hallazgos son de gran importancia para la educación de los niños con dislexia, resaltó Sturm.

«Necesitamos basar la enseñanza en las fortalezas y en las debilidades. Por ejemplo, los niños con dislexia pueden tener mejores resultados en escenarios de enseñanza individual o grupal, dependiendo de cómo se conecten emocionalmente con sus maestros o compañeros. Pero también debemos estar conscientes de su vulnerabilidad a la ansiedad y la depresión, y asegurarnos de que tengan el apoyo adecuado para procesar sus emociones potencialmente fuertes», concluyó la experta.

 

Vía: Health Day News