- Los niños que sufren de acoso en la escuela primaria son casi cinco veces más propensos a autolesionarse en la adolescencia, según una investigación reciente.
Los expertos británicos afirmaron que ninguna forma de acoso, ya sean sobrenombres o agresión física, debe considerarse como una conducta inofensiva. Los médicos deben consultar frecuentemente a los menores si han sido víctimas de este tipo de acciones, recomendó el equipo.
Por su parte, Dieter Wolke, profesor de la Universidad de Warwick y coautor del estudio, sostiene que si el acoso pudiera eliminarse, podrían desaparecer el 20% de todos los casos de autolesión.
Método del estudio
Los investigadores revisaron los datos de aproximadamente 5 mil niños que participaron en un estudio de la Universidad de Bristol. La evaluación se realizó para conocer si habían sido acosados entre los 7 y 10 años de edad. Posteriormente, cuando los niños cumplieron 17 años, se les consultó si se auto infringieron lesiones.
Las conclusiones arrojaron que el 16,5% de los adolescentes se habían autolesionado el año anterior. Asimismo, se determinó que el 27% de estos menores sentían que “deseaban morir”.
Luego de considerar otros factores como la forma de crianza, la violencia en el hogar o una vida familiar inestable, los resultados continuaban demostrando una relación entre el acoso a temprana edad y la autoflagelación en la adolescencia. Asimismo, los expertos indicaron que esta conducta abusiva podría incrementar la prevalencia de depresión en los niños o agravar los efectos negativos de la situación familiar.
Por otra parte, se detectó que las mujeres eran más propensas a tener estas conductas y a desarrollar síntomas de depresión.
Si bien el análisis asoció el acoso a temprana edad con mayores probabilidades de autolesiones adolescentes, no se determinaron las causas.
El apoyo es fundamental
En estos lamentables casos, el apoyo social es primordial. La familia, los amigos e incluso profesionales pueden contribuir a evitar la autoflagelación adolescente. Es importante contar con al menos dos personas con las cuales comunicarse cuando la persona desee herirse, con las que pueda hablar sobre el tema sin sentirse incómoda.
Asimismo, tener una lista de al menos 5 a 10 actividades para realizar puede ayudar a la prevención. Obviamente, la familia o círculo cercano debe eliminar cualquier utensilio que pueda servir al adolescente para que se dañe.
