La fragilidad en la vejez es un síndrome que se asocia con la dependencia, la disminución de la calidad de vida e, incluso, con una muerte prematura, de acuerdo con el especialista del Instituto Nacional de Geriatría (INGER), Arturo Ávila Ávila.

Además de la discapacidad que conlleva este síndrome, es importante prestar atención al alto riesgo de mortalidad, así como de hospitalizaciones, caídas, fracturas, complicaciones postoperatorias y, en general, a una mala condición de salud.

“Es un síndrome geriátrico asociado a procesos de envejecimiento, caracterizado por una disminución de la reserva fisiológica y una menor resistencia al estrés como resultado de una acumulación de múltiples déficits en los sistemas fisiológicos, que condicionan vulnerabilidad a los eventos adversos”, detalló.

La prevalencia de fragilidad para la población mexicana es mayor en las personas adultas. Además, las mujeres son más propensas en comparación con los hombres. Entre los síntomas físicos destacan la disminución del volumen y la fuerza muscular —conocida como sarcopenia—, movimientos lentos, menor tolerancia al ejercicio físico y pérdida no intencionada del peso corporal.

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Recomendaciones

  1. Cuida tu dieta diaria. La mejor estrategia para tratar la fragilidad es la prevención a través de una alimentación saludable.
  2. Realiza ejercicio físico todos los días. La actividad física ayuda a prevenir y combatir diversas enfermedades crónicas que afectan la calidad de vida de los adultos mayores.
  3. Mantén un manejo adecuado de las enfermedades crónicas. En lo primero que debes pensar es en la prevención. Si ya padeces alguna enfermedad crónica, apégate al tratamiento y visita a tu médico con frecuencia.

Si tienes dudas, acércate a un especialista. Lleva un control de tus síntomas y comunícaselos a tu médico.

 

Vía: Notimex