En México es frecuente escuchar que alguien “está ido” o “está en su mundo” cuando nos referimos a una persona que parece ausente dentro de determinado contexto.

Si bien este comportamiento puede no tener nada de extraordinario, en algunas personas puede deberse a una variante de epilepsia, expuso un especialista.

Si con frecuencia una persona presenta estas ausencias -como también se le conocen- breves, de uno o dos minutos, al platicar con otra persona y luego retoma la charla como si nada hubiera pasado, es probable que padezca una variante de epilepsia, compartió Héctor Ramón Jáuregui García, experto adscrito al Hospital de Especialidades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Jalisco.

Este tipo de comportamiento es conocido por especialistas como “crisis de ausencia”, y se trata de una variante de epilepsia que, aunque es menos grave que la común, también requiere tratamiento médico puntual, señaló Jáuregui García.

Tanto los momentos de ausencia, así como la falta de control de movimientos repentinos pueden poner en evidencia una actividad eléctrica en el cerebro similar a la que existe durante las convulsiones, explicó el experto.

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“Es importante entender que la patología [epilepsia] no necesariamente implica la típica convulsión, puede pasar desapercibida para la familia porque el paciente sólo parece distraído, si no se diagnostica y se trata -igual que con las convulsiones- puede haber secuelas”, indicó.

Mantenernos alerta ante cualquier presencia de estas ausencias, así como de la falta de control en movimientos repentinos -tanto en nosotros mismos como en nuestros seres queridos- puede marcar la diferencia entre detectar a tiempo esta afección.

“El método de diagnóstico más eficaz es mediante un electroencefalograma, así es como se obtiene evidencia clínica de la epilepsia, sea que el paciente tenga convulsiones, crisis de ausencia, movimiento descontrolado u otros síntomas, la primera evaluación la hace el médico familiar y, de ser necesario, se hace una derivación del caso a Segundo o Tercer Nivel de Atención”, detalló Jáuregui García.

En la mayoría de los casos, el tratamiento para la epilepsia debe tomarse de por vida, por lo que ni el paciente ni algún miembro de la familia deben suspender su ingesta o modificar la dosis sin supervisión médica. “En ocasiones la persona tiene tan buena evolución que podría dejar de tomar fármacos de manera permanente, pero sólo si un experto así lo prescribe”, puntualizó el experto del IMSS.

 

Vía: Notimex