La obesidad es una enfermedad crónica que desata, a su vez, muchos otros padecimientos, llevando a comorbilidades que disminuyen la calidad de vida de los afectados. Así, si el problema de peso es grave, el paciente puede desarrollar hipertensión, diabetes, apnea del sueño, problemas hepáticos, entre otras afecciones.

De hecho, la obesidad representa el principal factor de riesgo de hígado graso, afección que puede evolucionar a fibrosis y cirrosis hepática. Lamentablemente, las afecciones relacionadas al hígado se encuentran entre las 10 principales causas de muerte en los mexicanos. No en vano, ocupamos el primer lugar en obesidad infantil, y el segundo en adultos, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

A decir de la Secretaría de Salud, el 72% de las mujeres mayores de 20 años padecen obesidad y sobrepeso, en tanto que 66% de los hombres dentro del mismo rango de edad sufren de este problema.

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Recuerda que la enfermedad hepática puede prevenirse en la mayoría de los casos, gracias a ciertas vacunas, el diagnóstico temprano y los buenos hábitos diarios. En este sentido, es recomendable evitar la ingesta excesiva de alcohol, así como llevar una dieta balanceada, rica en nutrientes. Además, es indispensable mantenerse activo y evitar el sedentarismo. Puedes activarte en tu casa o camino al trabajo, ¡no hay pretextos!

Si consideras que podrías padecer un problema de esta índole, o no cuidas del todo tu peso, visita a un especialista para recibir la asesoría necesaria. 

 

Vía: Notimex/ Medline Plus