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Las siguientes vacunas son recomendadas por la Academia Americana de Pediatría (AAP), la Academia Americana de Médicos de Familia (AAFP), la Sociedad de Medicina y Salud Adolescente (SAHM) y los CDC.

Vacuna contra el VPH

Existen dos marcas de la vacuna contra el VPH que protegen a las niñas contra los tipos de VPH que causan la mayoría de los cánceres de cuello uterino. Una marca de la vacuna contra el VPH también protege a las niñas y a los niños contra el cáncer de ano y las verrugas genitales. Ambas vacunas están disponibles para las niñas. Las niñas y los niños de 11 o 12 años deben recibir tres dosis de la vacuna en un periodo de seis meses. Los preadolescentes y adolescentes que no hayan recibido las tres dosis de la vacuna contra el VPH deben hablar con el médico para ponérselas ahora.

Vacuna antimeningocócica conjugada

Protege contra algunas de las bacterias que pueden causar meningitis (inflamación del revestimiento que cubre el cerebro y la médula espinal) y septicemia (infección de la sangre). La meningitis puede ser muy grave y hasta mortal. Los preadolescentes necesitan la vacuna MCV4 a los 11 o 12 años, y después una dosis de refuerzo a los 16 años. Los adolescentes que recibieron la vacuna MCV4 cuando tenían 13, 14 o 15 años, aún deben recibir una dosis de refuerzo a los 16 años. Los adolescentes de más edad que no hayan recibido ninguna dosis de MCV4 deben ponerse una tan pronto como sea posible.

Vacuna Tdap

Protege contra 3 enfermedades graves: el tétanos, la difteria y la tosferina (también llamada tos convulsa). La vacuna Tdap remplaza a lo que llamábamos “el refuerzo contra el tétanos”. Los preadolescentes deben ponerse la Tdap a los 11 o 12 años. Si tu hijo adolescente no recibió la vacuna Tdap cuando era preadolescente, habla con tu médico para ponerle la vacuna ahora.

Vacuna contra la influenza (gripe)

Protege contra esta enfermedad y otros problemas de salud que la influenza puede causar, como la deshidratación (pérdida de líquidos corporales), que empeora el asma o la diabetes, o incluso la neumonía. Los preadolescentes y adolescentes deben recibir la vacuna contra la influenza cada año, tan pronto como esté disponible, que por lo general es en el otoño. Es muy importante que los preadolescentes y adolescentes con enfermedades crónicas, como asma o diabetes, reciban la vacuna contra la influenza, ya que la influenza puede ser grave incluso para los preadolescentes y adolescentes saludables.

Las vacunas para los preadolescentes son muy seguras. Algunos niños pueden tener algunos efectos secundarios leves de las vacunas, como enrojecimiento y dolor en el brazo. Algunos preadolescentes y adolescentes pueden desmayarse después de recibir una inyección o cualquier otro procedimiento médico. Para evitar desmayos, sentarse o recostarse por unos 15 minutos después de la vacuna puede ayudar. La mayoría de los efectos secundarios son muy leves, especialmente cuando se comparan con las enfermedades graves que estas vacunas previenen.

Asegúrate de consultar con el médico para verificar que tus hijos adolescentes hayan recibido todas las vacunas recomendadas. Es posible que tengan que “ponerse al día” con las vacunas que no hayan recibido cuando eran más jóvenes.