evitar-bebe-nazca-aguaAunque una piscina para dar a luz durante las primeras etapas del trabajo de parto puede ofrecer algunas ventajas, las mujeres deben evitar que su bebé nazca en el agua; así lo citan una serie de nuevas recomendaciones dadas a conocer por el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG, por sus siglas en inglés).

Las piscinas de parto pueden encontrarse en hospitales, centros de parto o incluso en el hogar. En el proceso, la mujer en trabajo de parto se sumerge en una tina con agua tibia para ayudar a que el parto sea más fácil de sobrellevar.

«La inmersión en agua durante la primera etapa del parto puede ofrecer algunos beneficios: Se puede acortar la labor y se asocia con una disminución en el uso de la epidural [anestesia inyectable en la columna vertebral]», destacó el doctor Joseph Cera, presidente del comité que desarrolló las recomendaciones para el ACOG.

«Sin embargo, es importante diferenciar entre tener labor de parto en el agua y dar a luz en el agua«, enfatizó Cera en comunicado de prensa del ACOG. «No hay evidencia que respalde que el nacimiento de un bebé en el agua tenga beneficios para el bebé«.

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De hecho, de acuerdo con las nuevas directrices, dar a a luz a un bebé en el agua puede conducir a problemas graves de salud. Estos incluyen: aumento en el riesgo de infecciones maternas y neonatales; dificultad en la regulación de la temperatura corporal del bebé; mayor probabilidad de daño del cordón umbilical; dificultad respiratoria como resultado de que el bebé inhale agua de la piscina; y potencial para asfixia (falta de oxígeno) y convulsiones.

Los hospitales y centros de maternidad que ofrecen inmersión en agua para aquellas mujeres que se encuentran en la primera etapa del parto, deben seguir ciertas pautas para proteger la salud y la seguridad tanto de ellas como de sus bebés, indicó el ACOG.

Tales medidas incluyen: procesos rigurosos para la selección de candidatas; mantenimiento y limpieza de piscinas y tinas de inmersión; seguir procedimientos de control de infecciones; monitoreo de las mujeres embarazadas a intervalos apropiados mientras están inmersas; y sacar a las mujeres de las tinas si existe cualquier preocupación sobre la madre o el bebé.

Las recomendaciones se publicaron en la edición de noviembre de la revista Obstetrics & Gynecology.

 

Vía: Health Library