Una creencia muy arraigada entre la sociedad es que los hisopos son un instrumento que tiene la función de limpiar los oídos. Sin embargo, especialistas en salud han tratado de advertir que esta no es su funcionalidad, y que los hisopos en realidad pueden dañar nuestros canales auditivos.

A estas advertencias se ha unido un estudio realizado con datos federales de Estados Unidos, donde se indica que miles de niños acaban en salas de emergencias cada año debido a lesiones de oído provocadas por hisopos de algodón.

En promedio, el estudio señala que cada año ocurren cerca de 12 mil 500 lesiones de este tipo tan sólo en Estados Unidos, es decir, una media de 34 lesiones al día. De estos casos, el 60% ocurre en niños de entre 4 y 8 años de edad, y el 40% en menores de 3 años.

Los dos conceptos erróneos más importantes que escucho como otorrinolaringólogo son que el canal auditivo se debe limpiar en casa y que se deben usar hisopos de algodón para limpiarlo: ambas ideas son incorrectas”, aseguró el doctor Kris Jatana, autor principal del estudio y otorrinolaringólogo del Hospital Pediátrico Nacional en Columbus, Ohio, en Estados Unidos.

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De los casos anuales, Kris compartió que la mayoría de las lesiones ocurren mientras los padres, hermanos o los niños solos usan hisopos de algodón para limpiar los oídos (73%). El resto ocurre cuando los niños juegan con hisopos (10%) o cuando los niños se caen mientras tienen hisopos en los oídos (9%).

Las lesiones más comunes por el mal uso de estos instrumentos son la sensación de un cuerpo extraño en el oído, un tímpano perforado y la lesión de tejido blando. Aunque un 99% de los casos son fácilmente tratables, el experto advirtió que, en casos extremos, un pequeño puede sufrir una pérdida auditiva irreversible.

Normalmente los canales auditivos se limpian solos. Usar hisopos de algodón para limpiar el canal auditivo no solo empuja al cerumen más cerca del tímpano, sino que hay un riesgo significativo de provocar una lesión entre menor y grave en el oído”, concluyó Kris.

 

Vía: Health Library