Erróneamente, se suele ver a los frenillos como parte de una imagen estereotipada de una persona poco atractiva o de un ‘cerebrito’. Pero esa es una imagen que debemos dejar atrás, pues se encuentra muy alejada de la realidad.

Actualmente los frenillos han evolucionado, lo que permite que su imagen cada vez sea más agradable a la vista, pero más importante aún, ha mejorado su eficiencia y comodidad.

Se podría decir que los frenillos son un leve sacrificio para garantizar una sonrisa llena de dientes rectos durante toda la vida.

Su uso no se limita a una cuestión meramente cosmética, pues resulta más fácil limpiar unos dientes derechos que tengan la separación adecuada, lo cual reduce el riesgo de desarrollar enfermedades bucodentales, según la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).

Usar frenillos no es algo exclusivo de niños y adolescentes. De acuerdo con datos de la Asociación Americana de Ortodoncia, 1 de cada 5 pacientes que los usan tiene más de 21 años de edad.

Conoce más: Sugerencias para cuidar la salud dental de los niños

Hoy en día su tamaño se ha reducido, y existen más opciones disponibles para quienes los necesitan. El dentista u ortodoncista es quien determina el tipo de frenillos que más le conviene a cada paciente.

Las opciones disponibles, según la FDA, son:

-Frenillos de metal que desplazan los dientes aplicando presión. Por lo general consisten en pequeños frenillos que se pegan a los dientes, conectados por un cable y unidos mediante bandas de goma. El cable se aprieta de forma regular, gradualmente desplaza los dientes y la mandíbula. Estos pueden ser transparentes o del color de los dientes para que sean menos obvios, y también pueden personalizarse con gomas de colores.

-Los llamados frenillos o alineadores invisibles. Están hechos de un material plástico transparente y se usan en los dientes para enderezarlos. Se usa un alineador personalizado durante unas semanas y luego se obtiene uno nuevo para la próxima etapa del tratamiento. Este método desplaza los dientes a la posición correcta de forma gradual. Se pueden quitar, hay que sacárselos antes de comer, cepillarse y usar hilo dental.

De acuerdo con los expertos, el periodo promedio en que se deben usar frenillos es de 2 años, pero puede ser más o menos tiempo dependiendo de cada caso.

 

Vía: Health Day News