De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México la leucemia se ha convertido en el cáncer más frecuente entre la población menor de 20 años de edad, ya sea por herencia o mutación genética.
A razón del Día Mundial Contra el Cáncer, a celebrarse el próximo 4 de febrero, el Instituto informó que la leucemia es un tipo de neoplasia maligna de los órganos hematopoyéticos, en donde los glóbulos blancos aumentan incontrolablemente a la vez que disminuye la producción de glóbulos rojos y plaquetas.
El INEGI también mencionó que en nuestro país (basándose en los datos de morbilidad hospitalaria por tumores malignos), el cáncer en órganos hematopoyéticos —encargados de la formación de células sanguíneas— fue el que más se presentó en hombres durante el año 2014 (59.2 por ciento).
En contraste, el 61.1 por ciento se presentó en mujeres menores de 20 años de edad.
Los tumores malignos del sistema linfático y tejidos afines ocuparon el segundo lugar entre los varones (8.6 por ciento), seguidos del cáncer de hueso y cartílagos articulares (6.8 por ciento), que obtuvo el segundo lugar entre las damas (6 por ciento).
Asimismo, el tercer lugar para el sexo femenino lo ocuparon las neoplasias del sistema linfático y tejidos afines, así como las de cerebro y sistema nervioso central (ambas con 5.9 por ciento).
Según estas cifras, en 2014 hubo una tendencia en las tasas de morbilidad por tumores malignos de los órganos hematopoyéticos, tanto en hombres como en mujeres.
La tasa máxima se halló entre los menores de 5 a 9 años.
Respecto a los niños de 10 años, las tasas disminuyeron, pero no dejaron de ser las más altas para cada sexo en comparación con otros tipos de cáncer.
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A pesar de que la leucemia puede ser mortal porque altera los componentes sanguíneos y eleva la propensión a las hemorragias, desde hace tres décadas, los avances tanto en su detección temprana como en su tratamiento oportuno han permitido que el 90 por ciento de los casos se curen.
Las campañas preventivas que alertan sobre los síntomas, en su mayoría inespecíficos (cansancio, desgano, dolores óseos y sudoración nocturna excesiva), han generado conciencia sobre la importancia de vigilar cautelosamente la salud de los niños y jóvenes, a fin de detectar oportunamente la enfermedad, tratarla a tiempo y erradicarla.
Vía: Notimex
