Cambiar el pan de trigo blanco al pan integral disminuye hasta en un 20% las probabilidades de enfermedades cardiacas, según un estudio realizado por la Universidad de Washington y publicado en The Journal of American Medical Association. Las principales diferencias entre ambos alimentos radican en su procesamiento y en qué tan saludables son.

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En el pan integral, la harina se elabora de semillas de trigo, la cual posee tres partes ricas en nutrientes: el germen (área interna), endospermo (parte de almidón del medio) y el salvado (capas externas). Por ende, el trigo integral es el resultado de un proceso que conserva estos tres nutrientes.

Por otra parte, la harina blanca ocupa solamente el endospermo, entregando un aporte nutritivo menor que el pan integral. Este último es mucho más abundante en vitaminas B6 y E, ácido fólico, cromo, magnesio, zinc y fibra.

Por ende, la Universidad de Washington concluyó que los hombres y mujeres que comen pan integral tienen menos riesgo de ataques al corazón y derrames cerebrales, en contraste con las personas que consumen baguettes y panecillos de harina refinada. Cambiar un producto por otro reduce hasta en un 20% las probabilidades de este tipo de afecciones.

Otras diferencias

El pan integral, gracias a su contenido en salvado, brinda las siguientes características que lo diferencian del pan blanco:

  • Este pan posee un olor más fuerte y ácido.
  • Su color es más oscuro y es de textura más gruesa, lo que proporciona más protección a la miga y extiende el tiempo de conservación.
  • Si el pan fue fabricado con levadura natural, el salvado tiende a ablandarse y no se nota su presencia en la textura. Sin embargo, si se ha combinado con harina blanca, existe la posibilidad de encontrar trozos de salvado.
  • Los agujeros de la miga son de tamaños distintos, situación que no sucede en el pan blanco. Esto se debe a que la miga tiene más uniformidad por una mayor extracción de la harina.

 

¿En qué categoría cae el pan de molde?

El pan de molde puede ser blanco o integral. Se distingue del pan tradicional por su método de elaboración, donde se agregan más productos como huevos, lácteos, harinas enriquecidas, condimentos, especias, entre otros. La adición de estos ingredientes no hace variar notoriamente el perfil nutritivo de este pan.