Una de las tradiciones más arraigadas en el mundo para el año nuevo es la ingesta de las doce uvas durante los últimos segundos del año que termina y los primeros del año que comienza.
Como tal la tradición de las doce uvas nació en España y se fue extendiendo a los países que forman América Latina.
En Madrid la gente se da cita cada víspera de fin de año en la Puerta del Sol donde está el famoso reloj de la Casa de Correos para escuchar las doce campanadas y comen una uva por cada una.
Los historiadores señalan que el origen de la tradición de las doce uvas se ubica entre finales del siglo XIX y principios del XX. Los historiadores también creen que la tradición nació debido al excedente de uvas por parte de los agricultores en los poblados de Alicante y Murcia.
La tradición de las 12 uvas corresponde a cada uno de los doce meses del año, los doce deseos para el siguiente año y las 12 campanadas que suenan a la medianoche del primer minuto del nuevo año.
Al sur del continente en Argentina, las doce uvas son sustituidas por 12 uvas pasas, mientras que en otros lugares prefieren las uvas frescas, hay otros que dicen que las uvas deben ser rojas y otras personas que creen que las uvas deben ser verdes o peladas o sin semilla, en realidad es que no hay reglas escritas respecto a la presentación que deben tener las uvas.
Vía: Excélsior
