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bacterias-intestinales-obesidadUn nuevo estudio recién reportó que los niños y adolescentes con obesidad poseen bacterias en su tracto digestivo muy distintas a las de sus pares de peso normal.

Los autores aseguran que este hallazgo podría conducir eventualmente a desarrollar un método que apunte a determinadas especies de bacterias y permita prevenir o tratar la obesidad de inicio temprano.

Para el estudio, los investigadores analizaron las bacterias del intestino y el peso de 84 jóvenes con edades entre los 7 y 20 años. De ellos, 27 tenían obesidad, 35 padecían obesidad severa, siete tenían sobrepeso y 15 eran de peso normal.

Los niños y adolescentes se sometieron a una resonancia magnética para evaluar su distribución de la grasa corporal. También se les tomaron muestras de sangre, y se les pidió que dieran seguimiento de lo que comían en un diario de alimentos durante tres días.

Los autores hallaron ocho grupos de bacterias intestinales que estaban vinculados a la cantidad de grasa en el cuerpo. Cuatro de ellos prosperaron más en los jóvenes que tenían obesidad, según el estudio.

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Cantidades más pequeñas de los otros cuatro grupos de bacterias se encontraron en los jóvenes que tenían obesidad, en comparación con los de peso normal. Los investigadores observaron que las bacterias intestinales de los niños con obesidad eran, por lo general, más eficientes en la digestión de los carbohidratos que las bacterias halladas en los jóvenes que no padecían sobrepeso.

La investigación también descubrió que los niños con obesidad tenían niveles más altos y recurrentes de ácidos grasos de cadena corta en su sangre que los niños de peso normal. Estos ácidos grasos de cadena corta, que son producidos por algunos tipos de bacterias intestinales, están vinculados con la producción de grasa en el hígado, comentaron los investigadores.

«Nuestra investigación sugiere que los ácidos grasos de cadena corta pueden convertirse en grasa en el hígado y luego se acumulan en el tejido graso», dijo el doctor Nicola Santoro, autor principal del estudio y científico investigador asociado en el departamento de pediatría de la Universidad de Yale.

«Esta asociación podría ser una señal de que los niños con ciertas bacterias intestinales se enfrentan a un riesgo a largo plazo de desarrollar obesidad», agregó.

El estudio fue publicado en la revista Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism. La Asociación Americana del Corazón y los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU. proporcionaron algunos de los fondos para concretar la investigación.

Actualmente, México ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil, y el segundo en obesidad en adultos, precedido sólo por los Estados Unidos.

 

Vía: Health Day News