Desde siempre hemos oído que nos debemos lavar las manos antes de comer y después de ir al baño. Este hábito además de hacernos personas más limpias nos ayuda a protegernos contra las infecciones causadas por virus y microbios.
Según datos de la Alianza Global entre los sectores Público y Privado (Ppphw, por sus siglas en inglés) en la que participan instituciones como la Unicef y el Banco Mundial, se pueden salvar al año alrededor de 230 mil vidas a nivel mundial por el solo hecho de lavarse las manos con jabón, la mayor parte de estas vidas salvadas se encontrarían en los países en vías de desarrollo.
Los expertos del Ppphw apuntan que lavarse las manos representa una forma fácil, eficaz y barata de detener gran parte de los agentes patógenos que se transmiten por medio de las heces humanas.
Los informes de la alianza apuntan que se debe «enraizar la práctica del lavado de manos con jabón antes de comer y después de usar el inodoro podría salvar más vidas que cualquier vacuna o intervención médica, reducir las muertes por diarrea casi a la mitad y evitar un cuarto de las muertes por infecciones respiratorias agudas».
No lavarse las manos puede provocar también infecciones cutáneas o en los ojos, parásitos intestinales y transmisión de la gripe aviar. Los expertos sostienen que un solo gramo de heces humanas podría contener hasta diez millones de virus y un millón de bacterias.
Para lavarse las manos los expertos recomiendan cubrir toda la superficie de la mano con jabón y frotar las palmas, el dorso, entre los dedos y debajo de las uñas por lo menos durante unos 20 segundos, para inmediatamente después enjuagar con agua y secarlas con una tela limpia. El jabón permite disolver la grasa y facilita la frotación, lo que además ayuda a eliminar la suciedad donde se aloja una gran mayoría de gérmenes..
Vía: BBC Mundo