La báscula puede ser tu mejor amigo, o tu peor enemigo, cuando estás a dieta.

Pero ya sea que te guste o no lo que ves, una báscula no es la única o la mejor forma de darle seguimiento a tu progreso. En lugar de buscar un número en particular en cualquiera de estas máquinas, mide el éxito de maneras más significativas.

Los cambios en tu índice de masa corporal, o IMC (una proporción de tu peso y altura), son un buen indicador. Usa una calculadora en línea para obtener tus estadísticas. A medida que bajes de peso, también deberías tener un IMC más bajo. Ten en cuenta que un rango de IMC normal se encuentra entre 18.5 y 24.9, mientras que uno de 25 a 29.9 indica sobrepeso, y uno de 30 o más significa obesidad.

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Debido a que una circunferencia de cintura grande te pone en mayor riesgo de diabetes, enfermedad cardíaca y otros problemas de salud, también puedes registrar tu progreso con una cinta métrica. Úsala para monitorear los centímetros alrededor de tu pecho, caderas, muslos, pantorrillas y brazos, así como alrededor de tu cintura.

La forma en que se ajusta tu ropa es otra manera fácil de saber si estás bajando kilos. Toma un par de pantalones ajustados de tu clóset y pruébatelos cada dos semanas, tomando en cuenta los cambios.

Si todavía estás enfocada(o) en usar la báscula, haz que tus expectativas de pérdida de peso sean de medio a un kilo real por semana, para no desanimarte por el número que muestre el aparato.

Además, toma en cuenta que el lunes no es el mejor día para pesarte. Debido a que las personas tienden a comer más los fines de semana y menos durante la semana, el viernes por la mañana es un mejor momento para subirte a la báscula.

 

Vía: Health Day News