La curiosidad de los niños es un aspecto fundamental en su desarrollo. Acá te entregamos unos consejos para fomentarla, siempre determinando algunos límites.

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En los primeros años de vida, los niños se muestran muy interesados por conocer todo su entorno. Poseen un instinto por averiguar todo. Por este motivo, es fundamental tener respeto por su curiosidad, aunque es innegable la necesidad de establecer límites. Estos deben ser determinados considerando su seguridad social, emocional y física.

No obstante, esta responsabilidad no debe confundirse con restringir el deseo innato de los niños por “querer saberlo todo”. Respuestas como “no tengo tiempo” o “cállate” sólo perjudican la inteligencia emocional de los menores, influyendo en su autoestima. Finalmente, los niños acatan las órdenes de los adultos y reprimen su curiosidad sin darse cuenta.

Otro contexto donde se suprime esta necesidad es en la escuela. Los profesores inducen a los alumnos a cumplir la metodología de enseñanza, que generalmente consiste en memorización.

Promover la curiosidad del niño en el aula

Los siguientes consejos contribuyen a fomentar la curiosidad del niño dentro del salón de clases, considerando siempre algunos límites que aseguren su bienestar.

-Organización de actividades sorpresa: este tipo de acciones sorpresivas, como la llegada de un correo misterioso o la visita de un personaje, impulsan el entusiasmo de los niños.

-Hacer experimentos: deben ser simples y originados por situaciones conocidas por el niño, para que sea una experiencia más valorable para él. Cuando se hagan estos experimentos, es importante establecer un diálogo constante con el menor.

El niño despliega su capacidad de observación gracias a la curiosidad. Esto favorece un escenario idóneo para el planteamiento de preguntas y experimentar circunstancias nuevas, de las cuales se aprende.

-Modificar la rutina: aunque el niño debe crear hábitos que se refuerzan todos los días, es positivo realizar algo distinto de vez en cuando. Por ejemplo, si en el establecimiento se utiliza jabón en barra, se podría cambiar a jabón líquido. Así, el niño sentirá la textura diferente a la habitual.

-Disposición a recibir preguntas: los académicos o demás adultos deben recibir con buena disposición las preguntas de los niños, sea cual sea el tema y proporcionándoles una respuesta acorde a su edad.

Asimismo, siempre hay que decirles la verdad, empleando conceptos simples para que los puedan entender. Se aconseja dejar abierto un tema, para que él siga averiguando.

-Fomentar la imaginación: juegos, actividades de artes plásticas, dramatizaciones o cuentos son métodos que ayudan a impulsarla. Por ejemplo, en los cuentos es positivo que desarrollen sus propios relatos, creen un título distinto o modifiquen el inicio o final.