meditacionLa medicina tradicional poco a poco ha ido volteando a ver a la meditación y otras prácticas similares. La idea de que ésta puede tener beneficios reales para la salud comienza a abrirse camino en la ciencia médica. Un nuevo estudio, publicado en la revista Psychoneuroendocrinology, señala haber descubierto cambios moleculares específicos en el cuerpo después de un período de meditación consciente.

A pesar de la antigüedad que estas prácticas tienen -se calcula que se originaron hace 5 mil años en la India-, la meditación es relativamente nueva en el mundo occidental y el conocimiento científico que se tiene al respecto está prácticamente en pañales.

Para el estudio en cuestión, los investigadores compararon los efectos de un día de intensa meditación de atención plena en un grupo de practicantes experimentados y los efectos de un día de actividades tranquilas -no relacionadas con la meditación- en un grupo de personas no entrenadas.

Después de 8 horas, los meditadores mostraron algunas modificaciones moleculares, entre ellas una menor presencia de genes inflamatorios. Esto, señalan los investigadores, se correlaciona con una má rápida recuperación física en situaciones estresantes.

Los investigadores, de la Universidad de Wisconsin- Madison y el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona, ​​España, señalan que se trata del primer estudio que se realiza para encontrar una relación entre la meditación y la expresión génica.

Dr. Richard J. Davidson, fundador del Centro para la Investigación de las Mentes Saludables de la Universidad de Wisconsin-Madison, explica que «hasta donde sabemos, este es el primer trabajo que muestra alteraciones rápidas en la expresión genética dentro de personas relacionadas con la práctica de la meditación consciente».

Según los resultados del estudio, el análisis molecular demostró que los genes pro-inflamatorios RIPK2 y COX2 se vieron afectados, junto con varios genes de la histona deacetilasa (HDAC), que controlan la actividad de otros genes mediante la eliminación de marcadores químicos.

Se encontró que en la medida que mientras se registraba una disminución en estos genes, se presentaba una recuperación de cortisol más rápida frente a una prueba de estrés social, en la que se pedía a los participantes que realizaran un discurso improvisado o cálculos mentales enfrente de una audiencia.

Los investigadores señalan que no hubo diferencias en los genes evaluados al inicio del estudio y que los efectos observados sólo se presentaron en quienes practicaron este tipo de meditación. Los autores también señalan que otros genes modificadores de ADN no mostraron diferencias entre los grupos, lo que sugiere que la práctica de la atención plena afecta sólo ciertas expresiones genéticas.

Perla Kaliman , investigador del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona y primer autor del estudio, dice que regular los HDAC y las vías inflamatorias pueden ser algunos de los mecanismos subyacentes en del potencial terapéutico de intervenciones basadas en la meditación de atención plena, “nuestros descubrimientos ponen una base para estudios en el futuro que evalúen estrategias de meditación para tratar condiciones inflamatorias crónicas”.

El estudio señala que estos cambios en los practicantes de meditación prueba que esta práctica puede influir en la expresión genética. El Dr. Davidson concluye que «nuestros genes son muy dinámicos en su expresión y estos resultados sugieren que la tranquilidad de nuestra mente puede realmente ejercer una influencia potencial en su expresión».

VíaPsychoneuroendocrinology