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cerebro-ilustracionInvestigadores de la Universidad de Yale recientemente han realizado un descubrimiento que podría proteger a los recién nacidos de desarrollar trastornos mentales, con raíces en el embarazo, durante la vida adulta.

Cuando la madre de un bebé ha estado expuesta durante el embarazo a condiciones ambientales estresantes, como traumas, enfermedades, abuso de alcohol y drogas, su hijo es susceptible de desarrollar más adelante en la vida varios desórdenes psiquiátricos. La forma en que estos factores estresantes afectan a las células del cerebro en desarrollo y cómo influyen en la aparición de trastornos como la esquizofrenia, desórdenes de estrés post-traumático, algunas formas de autismo, y desórdenes bipolares no está del todo clara.

Sin embargo, una investigación realizada por científicos de Yale ha identificado un mecanismo molecular individual en el cerebro en desarrollo que puede echar luz sobre la forma en que se ven afectadas las células ante la presencia de “agresiones” ambientales. Estos descubrimientos serán incluidos en la edición del 7 de mayo de la revista Neuron, y sugieren que este tipo de factores de estrés activan de forma prenatal un disparador molecular en las células del cerebro que hacen a los individuos ser susceptibles a desarrollar durante la vida estos trastornos.

Los investigadores encontraron que al exponer a embriones de ratón a sustancias como el alcohol y el metil-mercurio, o a convulsiones de la madre, estos activaron en las células del cerebro un gen único HSF1 o factor de choque térmico. Este gen protegió o permitió que algunas células del cerebro en desarrollo sobrevivieran a la agresión prenatal. Los ratones que carecieron de este gen mostraron anormalidades estructurales en el cerebro y fueron propensos a convulsiones después del nacimiento, incluso después de ser expuestos a niveles muy bajos de toxinas.

De manera paralela, los investigadores crearon a partir de material de biopsias realizadas a personas con diagnóstico de esquizofrenia algunas células madre, que tienen la capacidad de convertirse en diferentes tipos de tejidos, incluidas neuronas. Estas células madre respondieron de manera más dramática cuando fueron expuestas a amenazas ambientales, que aquellas que fueron obtenidas de individuos sin esquizofrenia. Estos hallazgos proveen respaldo a la tesis que el estrés puede inducir defectos de funcionamiento en células vulnerables.

“Parece ser que los diferentes tipos de factores ambientales de estrés pueden disparar la misma condición si ocurren durante el mismo periodo de desarrollo prenatal”, señala el autor de este estudio, Pasko Rakic. Mientras que, “los mismos factores de estrés ambiental podrían causar distintas patologías, si ocurren en distintos periodos durante el embarazo”.

Debido a que la activación del HSF1 puede servir de manera potencial como un marcador de por vida de células estresadas/dañadas, se abre la posibilidad de identificar estas células en los adultos y a partir de ello explorar la patogenia de los desórdenes pos-natales y cómo proteger a las células vulnerables.

Vía: Universidad de Yale