neurona-iSegún un estudio publicado este mes por la revista Neuron, la razón por la cual los organismo muestran una disminución en su capacidad de regeneración podría deberse a la insulina y no al paso del tiempo en sí mismo. Según se observó en gusanos adultos durante la investigación, esta hormona podría ser la que inhibe la capacidad de las neuronas de repararse a sí mismas, un descubrimiento que podría sugerir que la declinación de la salud del sistema nervioso no es inevitable.

Todos los organismos muestran una disminución de la capacidad de regenerar sus sistemas nerviosos dañados por la edad, pero el estudio en cuestión sugiere este déficit no es debido a los estragos del tiempo.

«El sistema nervioso regula su propia respuesta a la edad, separado de lo que sucede en el resto del cuerpo», dijo Marc Hammarlund, profesor asistente de Genética y autor principal del nuevo estudio. «Mediante la manipulación de la insulina podemos hacer que animales vivan más tiempo pero tengan un sistema nervioso que envejece normalmente, o por el contrario, podemos hacer animales que mueran a edad normal pero que tengan un sistema nervioso joven”.

Alexandra Byrne, asociada postdoctoral en Genética y autora líder del estudio, identificó dos vías genéticas que regulan la actividad de la insulina y son responsables de la declinación, relacionada con la edad, en la habilidad de los gusanos de regenerar los axones y las conexiones neuronales. El equipo ubicó otras dos vías que también regulan la habilidad de regenerar, pero que no tienen conexión con la edad del gusano.

El gusano C elegans, es un modelo bien establecido para el estudio de envejecimiento genético, y manipulando la actividad de los genes que regulan la actividad de la insulina se ha logrado incrementos dramáticos incrementos en la duración de la vida de este organismo. El nuevo estudio revela que la señalización de la insulina también afecta directamente a la insulina, “esperamos entender cómo estas diferentes vías regulan de manera coordinada el envejecimiento neuronal, y de manera más específica, cómo lograr que una neurona envejecida se regenere después de una lesión”, apunta Byrne.

“La esperanza es incrementar la salud, no solamente la duración de la vida”, señaló Hammarlund.

En es estudio también participaron otros autores de Yale, como Trent Walradt, Kathryn E. Gardner, Austin Hubbert, y Valerie Reinke.

Vía: Universidad de Yale