Antes de que existieran las vacunas, las personas sólo podían ser inmunes luego de contraer una enfermedad y sobrevivir a ella. Afortunadamente, ahora es posible evitar enfermedades o agentes infecciosos de una forma más fácil y menos riesgosa.

¿Por qué es fundamental vacunarse a tiempo? El sistema inmunitario ayuda a tu cuerpo a luchar contra los gérmenes, produciendo sustancias para combatirlos. Una vez que lo hace, «recuerda» el germen y puede combatirlo nuevamente.

Dejar todo el trabajo en manos del organismo puede ser peligroso. Ante ello, las vacunas son un excelente método de prevención, pues al ser administradas en una persona saludable, provocan la respuesta del sistema inmunitario, creando inmunidad y protegiendo tu cuerpo.

De acuerdo con especialistas, las vacunas son importantes tanto para niños, como para adultos. En el caso de los pequeños del hogar, pueden protegerlos de 14 enfermedades graves antes de los dos años. En cuanto a los preadolescentes —11 y 12 años de edad—, deben recibir la vacuna contra en VPH, la antimeningocócica conjugada cuadrivalente, Tdap y aquella que protege contra la influenza.

La necesidad de vacunarse no termina al hacerse adulto. A decir de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), la protección de las vacunas que recibiste de niño puede desaparecer con el tiempo, lo que aumenta el riesgo de contraer enfermedades nuevas.

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Las vacunas específicas que necesitas como adulto dependerán de tu edad, trabajo, estilo de vida, estado de salud, lugares a donde viajarás y las vacunas que hayas recibido en el pasado. Esto puede determinarlo tu médico, ¡no dudes en visitarlo! Recuerda que los efectos secundarios de las vacunas generalmente son leves y desaparecen por sí solos.

 

Vía: CDC/ Medline Plus