La rehabilitación ayuda a alguien que sufrió un evento vascular cerebral (EVC) o infarto cerebral a reaprender habilidades que se pierden de forma repentina cuando parte del cerebro se encuentra dañada. De igual forma, en la rehabilitación es sumamente importante evitar que el individuo desarrolle nuevos problemas médicos, incluyendo neumonía, infecciones del tracto urinario, lesión debido a una caída o formación de un coágulo en alguna arteria.

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Diversas investigaciones muestran que el elemento más importante en cualquier programa de neurorrehabilitación es la práctica cuidadosamente dirigida, bien enfocada y repetitiva, que es el mismo tipo de práctica utilizada por todas las personas cuando aprenden una nueva habilidad, como
como tocar el piano o lanzar una pelota de béisbol. El programa de neurorrehabilitación debe ser
personalizado para practicar aquellas habilidades deterioradas debido al infarto cerebral, como debilidad, falta de coordinación, problemas para caminar, pérdida de sensación, problemas con el agarre de la mano, pérdida de la visión o dificultad para hablar o comprender.

Varios estudios que utilizaron tecnología de imagen avanzada muestran que las funciones previamente ubicadas en el área dañada se mueven a otras regiones cerebrales, y que la práctica ayuda a impulsar este recableado de los circuitos cerebrales (llamado neuroplasticidad).

La rehabilitación también enseña nuevas formas de compensar cualquier discapacidad restante. Por ejemplo, es posible que la persona necesite aprender cómo bañarse y vestirse utilizando una sola mano, o cómo comunicarse de forma efectiva con ayuda de dispositivos si la capacidad de usar el lenguaje se ha visto afectada.

 

Fuente: National Institute of Neurological Disorders and Stroke