i-antibioticoLa resistencia a antibióticos no es un fenómeno nuevo en el mundo del tratamiento para enfermedades provocadas por bacterias. Mutaciones que resultan en bacterias inmunes a los antibióticos son tan suficientemente comunes que, si la enfermedad no es erradicada por completo en cada paciente, los únicos patógenos que quedan (y están en posición para infectar a nuevos pacientes) son resistentes a los antibióticos en uso más común. Aumentando año con año, esta resistencia puede parecer de momento como una inconveniencia menor, un accidente que para la mayoría de los pacientes resulta simplemente en el uso de otro antibiotic. Pero a largo plazo, amenaza con acabar completamente con la era de los antibióticos, reduciendo su eficacia al punto de que ningún antibiótico actualmente en uso se pueda usar para curar enfermedades.

Una de nuestras últimas reservas contra este tipo de patógenos es el carbapenem, antibiótico reservado para los centros médicos más avanzados y utilizado sólo como último recurso. Extremadamente potente, este es uno de los pocos antibióticos restantes que pueden erradicar a un patógeno resistente a la mayoría de los otros antibióticos, y por ende curar una enfermedad que de otra manera tendría una alta incidencia de mortalidad. El problema aparece cuando las bacterias desarrollan mutaciones que las hacen resistentes al carbapenem; muchas de este tipo han proliferado fuera de los hospitales con la capacidad para enfrentar el problema, llamado CRE por sus siglas en inglés.

Desde el 2008, el número de casos de infecciones con CRE en hospitales pequeños y no especializados se multiplicó cinco veces. Aunque los números totales siguen siendo pequeños en relación a otras enfermedades, siendo detectados tan sólo 1.4 casos por cada 100,000 pacientes.

Sin embargo, el paso al que aumentan es alarmante por el peligro que representan este tipo de infecciones. No sólo son difíciles de detectar, sino que más de la mitad de los pacientes infectados mueren como resultado directo de la infección; existen tan sólo uno o dos medicamentos con variables grados de eficacia para combatirla, y vienen con severos efectos secundarios. Por el momento, la esperanza reside por completo en la habilidad de los hospitales con casos confirmados de prevenir el escape de patógenos, y de comunicar al público la importancia del uso moderado y eficaz de antibióticos para prevenir la emergencia de más bacterias resistentes.

Vía: www.wired.com