normas-sociales-eleccion-comidaUna nueva investigación publicada en la Revista de la Academia de Nutrición y Dietética sugiere que lo que otras personas comen puede influenciar nuestras decisiones alimenticias. Un equipo de investigadores llegaron a esta conclusión después de realizar un meta análisis de 15 estudios publicados en diversas revistas, enfocándose en si lo hábitos alimenticios de otras personas puede influir en las elecciones alimenticias o la cantidad de comida que consumimos.

De estos estudios, ocho observaron cómo las normas de consumo afectan la cantidad de comida que ingerían los participantes en el estudio, los otros siete analizaron cómo las normas de elección de comida afectaban lo que la gente escoge comer.

El investigador principal del estudio, Eric Robinson, de la Universidad de Liverpool, señala que bajo ciertos contextos, la información sobre las normas alimenticias pueden ser una forma de reforzar la identidad social de un grupo.

Si los participantes del estudio recibieron información sobre la la cantidad de calorías que tuvo la elección que otros realizaron, resultaba más probable que realizaran elecciones similares. Adicionalmente, si a los participantes se les decía que los otros estaban comiendo cantidades mayores de comida, también incrementaban su propia ingesta de alimentos.

Los investigadores señalan que esto sugiere un fuerte vínculo entre la alimentación y la identidad social. En este sentido, sugieren que las normas sociales influencian nuestras elecciones de alimentos y fortalecen nuestro lugar dentro de un grupo social.

Robinson señala que “si la percepción sobre sí misma de una persona está guiada por su identidad como miembro de la comunidad local, y se percibe que esta comunidad se alimenta sanamente, entonces esa persona hipotetiza que debe comer sanamente para mantener un sentido consistente de identidad social”.

En cierto sentido, esto sugiere que podemos sentirnos presionados a comer saludablemente si aquellos a nuestro alrededor hacen lo mismo. Pero los investigadores señalan que este mecanismo social que afecta lo que escogemos para comer está ahí incluso cuando estamos solos o estemos o no al tanto de él.

“Las normas influencian el comportamiento alterando el grado en el que un individuo percibe que el comportamiento en cuestión es benéfico para él. El comportamiento humano puede ser guiado por una norma de percepción de grupo, incluso cuando la gente tenga muy poca o ninguna motivación de complacer a los otros”, señala Robinson.

En este sentido, agregó, en algunos estudios los participantes no sabían que sus elecciones estaban siendo afectadas por la información que recibieron sobre las normas alimenticias, por lo cual los participantes “no estarían considerando conscientemente la información sobre las normas al realizar su elección de comida”.

A pesar de que señalan que se requiera más investigación, el equipo señala que estudios como el suyo pueden ayudar a afinar las políticas relativas a la alimentación saludable y la manera en que éstas se comunican. “Las políticas o mensajes que normalizan los hábitos de alimentación saludables o reducen la prevalencia de la creencia de que mucha gente como de manera poco saludable pueden tener efectos benéficos en la salud pública, consideró Robinson.