Estres-IAgní Horacio Orozco Vázquez, jefe de Neurología en la División de Salud en el Trabajo del IMSS, Jalisco informó que las personas que viven en una situación permanente de estrés tienen menor capacidad de adaptarse adecuadamente al horario de verano.

Dijo que es común que el ser humano pueda adecuar sus procesos biológicos a los ciclos dictados por la naturaleza, pero que esa cualidad evolutiva se reduce de forma significativa en quienes cumplen horarios laborales que superan las ocho horas diarias.

Señaló que quienes son más vulnerables a este fenómeno incluyen personas cuyas actividades los mantienen despiertos durante largos periodos de tiempo, entre las que se encuentran personal de seguridad y vigilancia, así como individuos que cambian de turnos frecuentemente.

Mencionó que las personas con estrés, tienden a presentar en el mediano plazo problemas de aprendizaje y/o comportamiento, ya que el cerebro se mantiene activo durante la noche inhibiendo la liberación de sustancias que permiten enfrentar situaciones complicadas durante el día.

Señaló que una de esas sustancias liberadas durante la fase del sueño es el cortisol, hormona cuya ausencia podría derivar en cuadro clínico de ansiedad o depresión, dependiendo de la suma de otros factores de riesgo como apnea del sueño (cese momentáneo de la respiración al dormir), enfermedades metabólicas (por ejemplo diabetes mellitus), etc.

Aseguró que otra función esencial de la fase del sueño es la consolidación de las memorias adquiridas durante la vigilia, “cuando el cerebro no es capaz de llevar a cabo esta función, alojando eventos cotidianos en la memoria permanente, la persona con frecuencia manifiesta problemas de aprendizaje”.

Asimismo, enfatizó que el uso y abuso de drogas legales o ilegales (incluidas alcohol y tabaco), afectarían bastante la adaptación al horario de verano, pues retrasan más los ciclos del sueño, y generan otros daños al organismo a corto plazo.

Agregó que lo mismo ocurre al consumir medicamentos sin preescripción, “los cuales suelen tomarse sin receta como tratamiento de la ansiedad y/o depresión”.

Aunque en un principio la intención sea revertir la falta de sueño, sin asesoría médica el paciente podría ocasionar lo contrario, y acumular efectos nocivos del insomnio y del estrés”, finalizó el experto.

 

Vía: Notimex