De acuerdo con un nuevo estudio publicado en la revista Journal of the American Geriatrics Society, en muchos estados de Estados Unidos, la mayor parte de las muertes por COVID-19 se han producido en las residencias y asilos de ancianos.

A finales de mayo, la proporción de muertes por COVID-19 en hogares de ancianos y hogares grupales de Massachusetts aumentó de 54% a 63%, dijeron los investigadores.

En otros estados, la proporción de muertes que ocurrieron en centros de atención a largo plazo fue todavía mayor. En Minnesota y Rhode Island, por ejemplo, la cifra aumentó a 81%. Mientras tanto, las proporciones aumentaron al 71% en Connecticut y al 70% en New Hampshire. En otros 22 estados estudiados, el 50% de las muertes por COVID-19 ocurrieron en dichos centros de atención a largo plazo.

Pero algunos estados no han reportado muertes por COVID-19 en hogares o asilos, lo que significa que esas muertes no se reportan, indicaron los autores.

«Una vez que obtengamos recuentos precisos de las muertes de COVID-19 en todos los estados, probablemente veremos un gran aumento en el número total de muertes en los Estados Unidos», comentó el doctor e investigador Thomas Perls, profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston (BU).

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Otros países también informan que la mayoría de las muertes por COVID-19 están ocurriendo en los citados centros.

En Canadá, por ejemplo, el 82% de las muertes por COVID-19 fueron en asilos y hogares de ancianos, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que la mitad de todas las muertes de COVID-19 en Europa y los países bálticos fueron en centros de atención a largo plazo para adultos mayores.

Pero Hong Kong, Nueva Zelanda y Corea del Sur reportan muy pocas muertes por COVID-19 en este tipo de instalaciones.

Los asilos y hogares fungen como un caldo de cultivo para el virus, afirmó la doctora e investigadora Lisa Caruso, profesora asistente de medicina en la Facultad de Medicina de la BU.

«La propagación asintomática de este virus le permite colarse fácilmente en estas instalaciones donde el personal esencial va de un hogar de ancianos a otro, ya sea como técnicos de rayos X, flebotomistas, enfermeras o asistentes de enfermería que tienen que trabajar en más de un trabajo para llegar a fin de mes», explicó en el comunicado.

«Verificar las temperaturas de los visitantes y el personal obviamente no es suficiente», agregó Caruso. «Todos los que visiten o trabajen en un centro de atención a largo plazo necesitan inmunidad contra el virus o someterse a pruebas periódicas».

 

Vía: Health Day News