Es sabido que mantener una higiene bucal óptima trae numerosos beneficios físicos y mentales —como favorecer las relaciones sociales y brindar autoestima—. Sin embargo, el cuidado dental va más lejos. Además de evitar infecciones peligrosas, existe la posibilidad de reducir hasta en 95% el riesgo a sufrir crisis asmáticas.
De acuerdo José Fernando García González, especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, las crisis asmáticas suelen incrementarse durante la temporada de transición de invierno a primavera.
En este contexto, los externos ambientales y los microorganismos propios del cuerpo, específicamente de la boca, podrían conjugarse en contra de la salud del paciente con asma.
Es decir, la proliferación de bacterias que desencadena una pobre o nula higiene de la cavidad oral es especialmente riesgosa en personas que padecen asma, al tratarse de una enfermedad multifactorial, en la que el sistema inmunológico —defensas del organismo— está alterado.
En caso de tener deterioro bucal, García González recomienda acudir con un estomatólogo. La finalidad es detectar piezas cariadas, obturadas o pérdidas y comenzar un procedimiento para mantener la química bucal en estándares normales.
“Si sabemos que el asma es desencadenada por diversas causas y queremos proteger nuestra salud para evitar una crisis, es fundamental que no descuidemos ningún aspecto, entre los cuales están la visita a médicos dedicados a la Otorrinolaringología, la Neumología y la Estomatología”, aseguró.
Recuerda que la higiene bucal está íntimamente ligada a los alimentos que consumes. Evita golosinas, refrescos y alimentos con altos índices de azúcares.
La limpieza constante después de tomar alimentos, el uso de cepillo, hilo dental y enjuagues, y seguir los tratamientos prescritos por el inmunoalergólogo y el estomatólogo —el cual debe visitarse mínimo dos veces al año—, aminorarán sustancialmente las molestas y riesgosas crisis asmáticas.
¡Cuida tu imagen, sin descuidar tu interior!
Vía: Notimex
