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vhcInvestigadores de la Escuela de Salud Pública y Medicina de la Universidad de Yale han encontrado que el virus de la hepatitis C (VHC) puede permanecer con potencial infeccioso durante seis semanas en alguna superficie y a temperatura ambiente.

Este hallazgo proporciona soporte biológico a los datos epidemiológicos que apuntan a que una infección de VHC adquirida en un hospital se puede deber al contacto con objetos o sustancias capaces de transportar un organismo infeccioso. En este sentido, la falta de higiene en algunas superficies podría contribuir al rápido incremento en el número de casos de la enfermedad entre personas que se inyectan drogas.

El profesor Robert Heimer y los investigadores de Salud Pública, Mawuena Binka and Amisha Patel, colaboraron con sus colegas de la Escuela de Medicina de Yale, liderados por Elijah Paintsil, profesor asistente de Pediatría yFarmacología, en pruebas de laboratorio, diseñadas para emular un escenario de la vida real. El coautor del estudio, Brett D. Lindenbach, profesor asociado de Patogénesis Microbial, creó con ingeniería genética una cepa del virus que fue clave para la realización de los experimentos.

Los científicos prepararon pequeñas cantidades del virus en plasma humano y midieron su longevidad a distintas temperaturas. Lo que encontraron fue que el VHC permanecía infeccioso hasta seis semanas dentro del rango de los 4 y los 22 grados Celsius. El potencial infeccioso fue influenciado por las concentraciones del virus y la humedad del ambiente en el que permanecieron. Los desinfectantes comerciales disponibles mostraron ser efectivos en las concentraciones recomendadas, pero no cuando fueron diluidos.

jeringasEl estudio, que fue publicado recientemente en la Revista de Enfermedades Infecciosas, señala que “nuestros descubrimientos claramente demuestran que el control estricto de infecciones y las protecciones universales son necesarias en el entorno clínico para evitar el contacto con agentes infecciosos como es el VHC, que puede vivir en las superficies”, comentó Heimer. En este sentido, agregó, las implicaciones van más allá del entorno clínico y se extienden a las personas que comparten jeringas para inyectarse drogas o el manejo descuidado de la sangre humana durante la administración en casa de medicamentos vía intravenosa, prácticas que pueden llevar a la transmisión de la hepatitis C.

Con anterioridad se habían relizado estudios sobre la infectividad y estabilidad del VHC en superficies, pero la investigación de Yale parece ser la primera que simula de manera más certera los eventos naturales que podrían resultar en la transmisión de la enfermedad.

La hepatitis C continúa siendo una pesada carga para la salud pública en el mundo. Afecta al hígado y en casi el 80% de los casos deja cicatrización en el hígado y, en ocasiones, provoca cirrosis o cáncer en este órgano. Existen más de 170 millones de personas infectadas con este virus y no existe ninguna vacuna. Las opciones para el tratamiento están limitadas por su ineficiencia, alto costo y efectos secundarios.

La vía de transmisión principal de esta enfermedad es a través de la exposición a la sangre o fluidos del cuerpo contaminados con VHC, uso de drogas vía inyectada, transmisión de madre a hijo, parejas heterosexuales múltiples (especialmente en el contexto de coinfección de VIH), heridas accidentales con agujas y transfusiones de sangre o productos de la sangre infectados.