El consumo de alimentos en puestos callejeros tiene un notable aumento durante la época de calor, lo que conlleva a que la falta de higiene, así como la ingesta de mariscos crudos, determinen la aparición de la enfermedad.
La hepatitis A ataca principalmente a niños y jóvenes, provocándoles fatiga y debilidad, aunque no deja secuelas de manera crónica en el hígado, según Martha Ruiz García, especialista del IMSS en Querétaro.
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Este tipo de virus se encuentra, principalmente, en las heces y en la sangre de la persona infectada, y está presente de 15 a 45 días antes de que lleguen los síntomas.
«El medio de contagio es a través de alimentos contaminados con heces fecales. Las frutas, verduras, mariscos, hielo y agua son las fuentes más comunes por las que se transmite el virus», precisó la especialista.
Los principales síntomas son: cansancio, debilidad, picazón, náuseas, fiebre, tonalidad amarilla en piel y ojos, enfermedad «parecida a la gripe», así como alteraciones en la coloración de la orina y heces fecales.
Si bien no existe tratamiento farmacológico para la enfermedad, es esencial seguir las recomendaciones de los médicos, entre ellas destacan:
- Guardar total reposo.
- Aumentar calorías a la dieta diaria.
- Restringir alimentos, como carnes rojas y algunas verduras, para no dar trabajo extra al hígado.
La incubación del virus dura hasta 30 días, a partir del momento de contagio hasta que se manifiestan los primeros síntomas, dependiendo del sistema inmunológico de cada persona.
Si quieres reducir el riesgo de propagar o contraer el virus, evita consumir alimentos o líquidos que no estén limpios; desinfecta áreas donde vayas a preparar comida; lava constantemente tus manos y evade comer en la calle.
Si contraes la enfermedad y te recuperas exitosamente, tu cuerpo habrá aprendido a combatir una futura infección de hepatitis A. Sin embargo, no eres inmune a otros tipos de hepatitis, así que cuídate.
Vía: Medline Plus/ Notimex