Cuando nos disponemos a comer una hamburguesa, lo primero que viene a nuestra mente para acompañarla -además de las papas fritas- es un refresco. Si bien sabemos que estos alimentos de por sí representan una ingesta alta en calorías, su combinación puede ser aún peor.

Consumir un refresco, o alguna otra bebida riza en azúcar, en conjunto con una hamburguesa, puede representar un gran daño a nuestra salud, encontró un reciente estudio.

Esto se debe a que las bebidas azucaradas ocasionan que nuestro cuerpo retenga la grasa, apuntó Shanon Casperson, investigadora líder del estudio y bióloga investigadora en el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.

Si añadimos carbohidratos adicionales a los que ya tiene una comida, sin duda eso tendrá un efecto en la capacidad del cuerpo de usar la grasa como fuente de energía, y es más probable que acabe como energía almacenada”, explicó la especialista.

Refrescos, café azucarado, bebidas de té helado endulzadas, bebidas de frutas y bebidas energéticas compartieron los mismos resultados, apuntó Casperson.

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Durante el estudio, publicado en la edición online de la revista especializada BMC Nutrition, se encontró que las personas que acompañaron una comida rica en grasas y proteínas (como una hamburguesa) junto con una de las bebidas antes mencionadas, no quemaron cerca del 30% de las calorías.

Estas personas también quemaron menos grasa en la comida y gastaron menos energía en general al digerirla, apuntaron los investigadores.

“Para el cuerpo, usar carbohidratos como fuente de energía es más fácil. Cuando damos carbohidratos al cuerpo, usa eso primero”, por lo que la grasa que no se quema termina depositada en algún lugar del cuerpo, como el vientre o las caderas, expuso Casperson.

¿Cuál podría ser una solución? Acompañar las comidas ricas en grasas y carbohidratos (como las hamburguesas, la pizza y toda la comida rápida en general) con bebidas no azucaradas, como agua natural, gasificada o mineral, o bien un té sin azúcar.

 

Vía: Health Day News