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Las vacunas Pfizer y Moderna COVID-19 parecen ser seguras para las personas con enfermedades inflamatorias del intestino (EII), así lo dio a conocer un nuevo estudio publicado en la revista American Journal of Gastroenterology.

Las EII, que incluyen la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, son afecciones crónicas causadas por un sistema inmunológico intestinal hiperactivo, que provocan diarrea crónica y otros síntomas digestivos.

En este trabajo, los investigadores evaluaron a 246 pacientes adultos con EII en un registro de vacunas COVID-19 de Estados Unidos.

Al igual que en la población general, los efectos secundarios más comunes de las dos vacunas COVID-19 en pacientes con EII incluyeron: dolor e hinchazón en el lugar de la inyección, seguidos de fatiga, dolor de cabeza y mareos, fiebre y escalofríos y síntomas gastrointestinales. La mayoría de los efectos secundarios fueron leves y duraron solo unos pocos días.

Solo unos pocos de los pacientes con EII reportaron efectos secundarios graves, más comúnmente fatiga, fiebre y dolor de cabeza, y solo dos dijeron haber desarrollado síntomas gastrointestinales graves.

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A muchos pacientes con EII les preocupaba que la vacuna COVID-19 empeorara su condición, pero la gran mayoría de los síntomas gastrointestinales en estos pacientes fueron temporales y se resolvieron por sí solos, encontró el estudio.

Aproximadamente el 80% de los participantes del estudio estaban tomando terapias avanzadas que inhiben la respuesta inmune del cuerpo, y dicho debilitamiento del sistema inmunológico explicaría parcialmente por qué los pacientes que toman estos medicamentos tienen un número ligeramente menor de efectos secundarios con la vacuna que las personas de la población general, comentó el doctor Gil Melmed, director de Investigación Clínica de Enfermedad Inflamatoria Intestinal en el Centro Médico Cedars-Sinai en Los Ángeles y autor del estudio.

«Muchos de estos eventos adversos en realidad podrían deberse a la reacción del sistema inmunológico a la vacuna. Por lo tanto, es posible que no tengas una reacción tan fuerte a una vacuna COVID-19 si estás tomando medicamentos que modulan partes de tu sistema inmunológico», apuntó Melmed.

La investigación muestra que «si tienes EII, los efectos secundarios que probablemente experimentarás después de una vacuna no son diferentes a los de cualquier otra persona. Si estás siendo tratado(a) con terapias avanzadas como productos biológicos, estos efectos secundarios podrían ser incluso más leves. Por lo tanto, no permitas que esa se convierta en una razón para no vacunarte», enfatizó Melmed.

 

Fuente: Health Day News