De acuerdo con Michigan Medicine, en Estados Unidos, una prueba de gastrina mide el nivel de la hormona gastrina en la sangre.

La gastrina es producida por células llamadas células G, que se encuentran en el revestimiento del estómago. Cuando los alimentos ingresan a dicho órgano, las células G desencadenan la liberación de gastrina en la sangre. A medida que aumentan los niveles sanguíneos de gastrina, el estómago comienza a liberar ácido (ácido gástrico) que ayuda a descomponer y digerir los alimentos. Cuando el estómago ha producido suficiente ácido gástrico, los niveles de gastrina en el torrente sanguíneo empiezan a disminuir.

La gastrina también tiene efectos menores sobre el páncreas, el hígado y los intestinos. La hormona ayuda al páncreas a producir enzimas para la digestión y permite que el hígado produzca bilis. Asimismo, la gastrina estimula los intestinos para facilitar el tránsito de los alimentos a través del tracto digestivo.

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En ocasiones, los médicos recomiendan una prueba de gastrina después de que un paciente llevara una dieta alta en proteínas o de que recibiera una inyección de la hormona digestiva secretina en una vena. Dicha inyección recibe el nombre de prueba de secretina intravenosa, y mide la capacidad del páncreas para responder a esta hormona.

En concreto, una prueba de gastrina se realiza para:

  • Descubrir por qué sigue reapareciendo una úlcera péptica.
  • Buscar ciertas enfermedades, como tumores del páncreas o del intestino delgado (síndrome de Zollinger-Ellison) o crecimiento anormal de células que recubren el estómago (hiperplasia de células G).
  • Identificar anemia perniciosa, que ocurre por deficiencia de vitamina B12.

Si deseas saber más sobre esta prueba o crees requerir una, consulta a tu médico.

 

Fuente: Michigan Medicine – University of Michigan Health