La cirugía laparoscópica de la vesícula biliar es la cirugía más común que se realiza para quitar o extirpar la vesícula biliar. Recordemos que dicha vesícula es un órgano con forma de pera ubicado debajo del hígado el cual almacena bilis, un líquido producido por el hígado para digerir las grasas.

Volviendo al procedimiento, el médico inserta un instrumento de visualización iluminado llamado laparoscopio y herramientas quirúrgicas en tu abdomen a través de varios cortes pequeños. Este tipo de cirugía es muy segura. Las personas que se someten a ella generalmente se recuperan lo suficiente en 7 a 10 días para volver al trabajo o a su rutina normal.

La cirugía abierta de la vesícula biliar implica extraer la vesícula biliar a través de una incisión más grande en el abdomen. Dicha intervención se puede realizar si la cirugía laparoscópica no es una opción o cuando se encuentran problemas durante la cirugía laparoscópica. La estancia hospitalaria es más prolongada con la cirugía abierta.

Conoce más: 6 síntomas que indican un problema en la vesícula biliar

Piedras en el conducto biliar (cálculos biliares)

Si se encuentran cálculos biliares en el conducto biliar común antes o durante la cirugía para extirpar la vesícula biliar, un médico puede realizar un procedimiento llamado CPRE (colangiopancreatograma retrógrado endoscópico). Esto implica colocar un tubo llamado endoscopio por la garganta hasta el intestino delgado. El médico usa el endoscopio para buscar piedras en el conducto y extraerlas.

Si deseas saber más sobre esta cirugía, consulta a tu médico.

 

Fuente: Michigan Medicine – University fo Michigan Health