Sufriste una lesión que te dejó sin poder seguir practicando ejercicio, pero te salvaste de algo más complicado y tu médico te dio una buena noticia: ¡no necesitas cirugía! Si esto ocurrió, lo más probable es que te recete fisioterapia, y que comiences después de un período de descanso para dar tiempo a que disminuya la inflamación.

En ese momento, quizás te sientas mejor y te preguntes si requerirás rehabilitación después de todo. He aquí por qué es importante continuar con el programa y no simplemente volver a tu rutina anterior.

Los programas de fisioterapia se adaptan a tus necesidades con ejercicios específicos diseñados para ayudarte a sanar, regresar a las actividades que amas y evitar que vuelvas a agravar tu lesión. Te beneficiarás de la atención personalizada, la cual es fundamental ya que cada persona responde de manera distinta a una lesión y mejora a su propia velocidad.

Conoce más: 5 consejos para tratar el dolor lumbar de corta duración (dolor agudo)

Otros objetivos incluyen reducir el dolor y mejorar la flexibilidad, la movilidad y el rango de movimiento. Si la cirugía sigue siendo un signo de interrogación, someterse a fisioterapia puede ayudarte a evitarlo.

Tu fisioterapeuta evaluará continuamente tu recuperación y adaptará los ejercicios conforme avances desde la fase de reparación, en la cual tu cuerpo repara el tejido dañado, hasta la fase de remodelación, cuando tu cuerpo fortalece ese nuevo tejido. También aprenderás las adaptaciones necesarias para tus actividades favoritas y ejercicios que te permitirán continuar con ellas cuando el médico te dé luz verde.

Un recordatorio importante: se te darán ejercicios para hacerlos por tu cuenta cuando termines tu programa de fisioterapia. Seguir adelante con este programa asegurará que tu recuperación continúe.

 

Vía: Health Day News