Un estudio dado a conocer esta semana por investigadores del University College de Londres (UCL) señala que los niños que no tienen un horario regular para dormir presentan más probabilidades de desarrollar dificultades de comportamiento.

nino-durmiendoUn estudio dado a conocer esta semana por investigadores del University College de Londres (UCL) señala que los niños que no tienen un horario regular para dormir presentan más probabilidades de desarrollar dificultades de comportamiento.

La investigación fue publicada por la Revista Pediatrics y describe cómo la falta de regularidad a la hora de dormir puede interrumpir los ritmos naturales del cuerpo y causar privación del sueño, minar la maduración del cerebro y de las habilidades para regular ciertos comportamientos.

El no contar con horarios fijos de sueño, señala la profesora Yvonne Kelly, del departamento de Epidemiología y Salud Pública de la UCL, causa un estado en el cuerpo y la mente parecidos al jet lag, lo cual afecta el desarrollo saludable y el funcionamiento diario. “Sabemos que el desarrollo temprano en los niños tiene una profunda influencia en la salud y el bienestar a lo largo del curso de la vida. De esto se desprende que las alteraciones del sueño, especialmente cuando suceden en un momento clave del desarrollo, pueden tener un importante impacto en la salud de por vida”, explicó.

En este estudio se analizaron datos de más de 10 mil niños entre los tres y los siete años de edad y se cruzaron con reportes sobre su comportamiento realizados por sus madres y maestros. El resultado fue un vínculo claro y estadísticamente significativo entre los horarios del sueño y el comportamiento, los tiempos irregulares de sueño afectaron el comportamiento de los niños al interrumpir sus ritmos circadianos y provocar una falta de sueño que afecta el desarrollo del cerebro.

La profesora Kelly explicó que conforme los niños crecen sin un horario regular para dormir empeora su calificación de comportamiento. Esta calificación incluye hiperactividad, problemas de conducta, problemas con sus compañeros y dificultades emocionales. Sin embargo, los niños que modificaron sus patrones y se ajustaron a un horario de dormir más regular, mostraron algunas claras mejorías en su comportamiento, “nuestros descubrimientos sugieren que estos efectos son reversibles”, destaca la investigadora.

Entre las conclusiones de este estudio, agrega Kelly, están que para prevenir y tratar esto sería recomendables que los especialistas en salud revisaran los desórdenes en el sueño como parte rutinaria de las consultas, “existen claras oportunidades para realizar intervenciones encaminadas a dar apoyo a las rutinas familiares que podrían tener efectos de por vida”, explicó.

 

Fuente: University College de Londres (UCL)