Aunque el estrés comúnmente es visto como un problema de salud propio de los adultos, la realidad es que también suele afectar a los niños.

Al ser un problema que afecta la salud integral de los pequeños, es importante no minimizar las consecuencias que este estado negativo puede provocar en nuestros hijos.

El estrés puede ser causado en los niños por diversas causas, entre las cuales destacan:

-El nacimiento de un hermano(a).

-Ingresar a la escuela por primera vez.

-Cambiar de colegio.

-Comenzar un nuevo ciclo escolar.

-Mudarse de hogar.

Pero, ¿cómo podemos saber que un niño tiene estrés? Existen una serie de síntomas que pueden ayudar a los padres de familia a identificarlo. Los principales síntomas del estrés en los niños son:

-Problemas para dormir.

-Cambios en el apetito (comer poco o, en cambio, en exceso).

-Diarreas frecuentes.

-Bajo rendimiento escolar.

-Incremento o disminución de la actividad física.

-Cansancio o fatiga.

-Apatía o pasividad.

-Problemas para relacionarse con otras personas.

-Irritabilidad

-Tristeza.

Los padres de familia deben estar alerta ante la aparición de alguno de estos síntomas. La mayoría de las veces las situaciones que provocan estrés en los niños son temporales. Sin embargo, si son situaciones que se alargan en el tiempo sus consecuencias pueden ser más graves.

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De acuerdo con un reciente estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Florida, en Estados Unidos, las consecuencias del estrés repercuten en la salud y bienestar de los pequeños de manera casi inmediata.

“Los niños que experimentaron tres o más eventos estresantes tenían seis veces más probabilidades de tener problemas físicos o mentales o un trastorno del aprendizaje que los que no pasaron por experiencias estresantes”, asegura la investigación.

Para prevenir la aparición del estrés en los niños, se recomienda lo siguiente:

-Enseñarles a expresar sus sentimientos.

-Promover la práctica de alguno o varios deportes.

-Compartir tiempo de calidad con ellos. Eso hará que se sientan seguros y amados. También los hará sentirse en confianza para compartir sus temores y problemas.

-Educarlos con el ejemplo. Evitar los gritos, las discusiones y los maltratos productos del estrés en casa.

 

Vía: Kids Health