estres-malos-baitos-ritmo-cardiacoRecientemente, dos estudios preliminares dieron a conocer que el estrés y los malos hábitos de salud del corazón aumentan significativamente el riesgo de un trastorno común del ritmo cardíaco llamado fibrilación auricular.

Los latidos cardíacos irregulares o temblorosos asociados con la fibrilación auricular pueden dar lugar a coágulos de sangre, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca y otras complicaciones relacionadas con el corazón.

Un estudio incluyó a más de 6,500 adultos sin cardiopatía. Se clasificaron en siete factores relacionados con la salud del corazón: tabaquismo, índice de masa corporal, actividad física, dieta, colesterol total, presión arterial y azúcar en sangre.

En comparación con los peores puntajes, los adultos que obtuvieron puntajes más altos tuvieron 41 por ciento menos probabilidades de desarrollar fibrilación auricular. Aquellos con puntuaciones promedio fueron 8 por ciento menos propensos a desarrollar el latido cardíaco anormal.

Aunque los hallazgos no establecen una relación directa de causa y efecto, sugieren que promover una buena salud del corazón permite prevenir la fibrilación auricular, dijeron los investigadores de Baptist Health South Florida, en Miami.

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El otro estudio examinó la relación entre el estrés y la fibrilación auricular en más de 26,200 mujeres. Las fuentes de estrés incluyeron trabajo, familia, finanzas, eventos traumáticos (como la muerte de un niño) y problemas con los vecinos.

Las mujeres con fibrilación auricular presentaron puntuaciones de estrés de vida y eventos de vida mucho más elevadas que las que no tenían la condición. Sin embargo, sólo los eventos traumáticos de vida se asociaron con fibrilación auricular, sugirió el estudio.

Investigadores de la Universidad de California, en San Francisco, dijeron que se necesitan más estudios para determinar si las medidas para aliviar el estrés pueden reducir el riesgo de trastorno del ritmo cardíaco.

Ambos estudios se presentaron la semana pasada en la reunión anual de la Asociación Americana del Corazón, en Nueva Orleans.

 

Vía: Health Library