Junto con el ejercicio aeróbico y de fuerza, los estiramientos son una parte importante de cada rutina de entrenamiento. Pero muchas personas cometen el error de saltarse este paso clave o comienzan a estirar en el momento equivocado.

El estiramiento mejora la flexibilidad y ayuda a mantener una buena amplitud de movimiento en las articulaciones. Incluso puede prevenir lesiones. Sin embargo, llevar un buen «timing» es importante.

De acuerdo con el Consejo Americano del Ejercicio (ACE), comenzar tu entrenamiento con ‘estiramientos dinámicos’ puede preparar a tu cuerpo para el ejercicio que realizarás. Dichos estiramientos conducen a tu cuerpo a través de una gama de movimientos y elevan tu temperatura inicial.

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Por otro lado, los ‘estiramientos estáticos’ —aquellos cuya posición debes mantener durante cierto periodo de tiempo sin moverte— antes del ejercicio pueden tensar o causar un tirón en un músculo. Por lo tanto, lo recomendable es dejar estos estiramientos para después de tu entrenamiento, cuando tus músculos se encuentran sueltos y cálidos, afirma el ACE.

Es importante que tener en mente tu seguridad cuando estés haciendo estiramientos estáticos en particular. Realiza cuidadosamente cada estiramiento y muévete lentamente hasta que sientas que el músculo o músculos que estás trabajando se extienden suavemente. Trata de mantener cada posición de 10 a 30 segundos. Relájate y repite el estiramiento dos o tres veces. Respira lenta y naturalmente.

Asegúrate de estirar los músculos en ambos lados de tu cuerpo. Si estiras uno de los músculos isquiotibiales (grupo de tres músculos ubicados en la parte posterior del muslo, que transcurren entre la cadera y la rodilla) no olvides estirar el otro. Y para evitar rasgar un músculo, no des saltos.

Recuerda escuchar  a tu cuerpo mientras te estiras. Si un movimiento en particular causa un calambre muscular o dolor de cualquier tipo, deja de hacerlo.

 

Vía: Health Day News