Las convulsiones nocturnas son raras y generalmente significan que una persona padece epilepsia.

Varias sustancias químicas desencadenan una actividad eléctrica regular que desempeña un papel en el pensamiento, el movimiento y otras funciones cerebrales cotidianas. Durante una convulsión, una oleada repentina de actividad eléctrica inusual hace que la persona pierda el control de algunas de estas funciones.

Existen muchos tipos distintos de convulsiones, y cualquiera puede presentarse durante el sueño. Algunas personas se despiertan con un aura antes de experimentar una convulsión parcial compleja. No es raro tener estos episodios sin recordarlos al día siguiente.

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La mayoría de las convulsiones nocturnas son tónico-clónicas. Los médicos solían llamar a estas últimas convulsiones de gran mal. Generalmente, duran menos de 5 minutos.

Durante la fase tónica, los músculos de una persona se endurecen. Esto puede hacer que se muerdan la lengua o pierda el control de la vejiga o los intestinos.

Durante la fase clónica, sus músculos pueden contraerse. Inmediatamente después de la convulsión, puede ser difícil despertar a la persona.

La falta de sueño es un desencadenante común de convulsiones en las personas con epilepsia, por lo que las convulsiones nocturnas que interrumpen el sueño pueden incrementar el riesgo de experimentar convulsiones adicionales.

 

Fuente: Medical News Today