Si sospechas que has tenido una convulsión, consulta a tu médico lo antes posible. Una convulsión puede ser un síntoma de un problema médico grave.

Tu historial médico y tus síntomas ayudarán a tu doctor a decidir qué pruebas serán útiles. Es probable que te hagan un examen neurológico para evaluar tus habilidades motoras y tu funcionamiento mental.

Para diagnosticar la epilepsia, se deben descartar otras condiciones que provoquen convulsiones. Es probable que tu médico ordene un conteo sanguíneo completo (CBC, por sus siglas en inglés) y una química de tu sangre.

Los análisis de sangre se pueden usar para buscar:

  • Signos de enfermedades infecciosas
  • Función hepática y renal
  • Niveles de glucosa en sangre

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El electroencefalograma (EEG) es la prueba más comúnmente utilizada para diagnosticar la epilepsia. Es una prueba no invasiva e indolora que consiste en colocar electrodos en el cuero cabelludo para buscar patrones anormales en la actividad eléctrica de tu cerebro. Quizás se te pida que realices una tarea específica durante la prueba que, en algunos casos, se realiza mientras duermes.

Las pruebas de imagen pueden revelar tumores y otras anormalidades que pueden causar convulsiones. Tales pruebas pueden incluir:

  • Tomografía computarizada
  • Resonancia magnética
  • Tomografía por emisión de positrones (PET)
  • Tomografía computarizada por emisión de fotón único

RECUERDA: La epilepsia generalmente se diagnostica si tienes convulsiones, pero no hay una causa aparente o reversible.

 

Fuente: Healthline