donacion-sangre-2De acuerdo con Norma Candelaria López Santiago, académica de la Facultad de Medicina de la UNAM, pese a que la sociedad ha generado más conciencia en cuanto a la importancia y necesidad de permitir la extracción de sangre de forma altruista, en México sigue siendo algo poco habitual.

Por ello y en el marco del Día Mundial del Donante de Sangre, que se conmemora hoy 14 de junio, la especialista detalló que esta acción desinteresada permite salvar vidas, ya que uno de los principales problemas de muchos pacientes es el desangramiento por hemorragias, falta de nutrientes o enfermedades que comprometen la producción hemática, incluyendo la leucemia o la invasión de células cancerígenas.

Es por lo anterior que las transfusiones permiten salvar millones de vidas cada año, aumentar la esperanza y calidad de vida de individuos con padecimientos mortales, y llevar a cabo procedimientos médicos y quirúrgicos complejos. La investigadora destacó que hace algún tiempo, las hemorragias u otras condiciones propiciaban la muerte de los pacientes, pero en la actualidad, debido a este proceso, es posible evitar fallecimientos y administrar tratamientos específicos para combatir la causa de la pérdida de sangre.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha detectado que en muchos países la demanda de sangre supera la oferta y los servicios enfrentan dificultades para obtenerla con la suficiente calidad y seguridad. Sólo hay 62 países en donde el suministro hemático se integra casi totalmente de donaciones voluntarias no remuneradas, mientras que en 40 aún proviene de familiares (como en el caso de México) o de individuos que cobran por ello.

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Se calcula que en un hospital promedio, del 60 al 70 por ciento de los ingresados en el área de terapia intensiva requieren en algún momento de una o más transfusiones, subrayó López Santiago. Es importante recordar que la donación de sangre se convirtió en un acto altruista durante las grandes guerras mundiales, cuando a los soldados se les debía amputar alguna extremidad o sufrían heridas graves.

A partir de entonces, la transfusión se realizaba de vena a vena y no se medía la cantidad, se calculaba. Fue años después cuando comenzó a practicarse en hospitales con pacientes no involucrados en asuntos bélicos. Sin embargo, durante la década de los 80 ocurrieron hechos desafortunados, pues cualquiera podía donar —entre ellos personas con alcoholismo, que abusaban de drogas o sexoservidores— dando lugar a contagios de VIH y hepatitis, entre otros. Desde ese momento, el proceso ha mejorado sustancialmente.

Actualmente, para poder ser donante de sangre los individuos deben ser personas sanas de entre 18 y 60 años, pesar más de 50 kilos, no haber tomado ningún medicamento (por lo menos una semana antes), y no padecer enfermedades crónicas como diabetes. Asimismo, deben someterse a un examen clínico médico previo, donde se les tomarán muestras que posteriormente serán analizadas, a fin de asegurar que el donador no tenga anemia y cuente con la cantidad normal de leucocitos y plaquetas.

Ya cumplido dicho requisito, el siguiente paso es la extracción. En esta etapa se realizan diversas pruebas para VIH, hepatitis B y C, brucella y otras infecciones tomando como referencia la zona endémica del país, finalizó López Santiago.

 

Vía: Notimex / OMS