Desde hace varios años, la enfermedad celíaca (trastorno digestivo en el que una persona no puede tolerar el gluten) ha sido relacionada con algunos trastornos alimenticios. Ahora, un reciente estudio encontró un vínculo entre esta afección y la anorexia.

De acuerdo con la investigación, las mujeres jóvenes que padecen enfermedad celíaca se enfrentan a un riesgo más alto de recibir un diagnóstico de anorexia. Este riesgo, argumentan los investigadores, está presente tanto antes como después de su diagnóstico de enfermedad celíaca.

“Muchos de nosotros somos conscientes de que existe la posibilidad de que los pacientes [con enfermedad celíaca] desarrollen un trastorno de la alimentación”, dijo al respecto la doctora Hilary Jericho, profesora asistente de pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chicago, en Estados Unidos, y especialista en el tratamiento de la enfermedad celíaca.

Conoce más: ¿Es cierto que cada vez son más las personas que requieren una dieta libre de gluten?

Hilary expuso que, debido a que la enfermedad celíaca requiere una atención cuidadosa a la dieta, algunos pacientes podrían terminar llevando esas restricciones alimentarias “demasiado lejos”, lo que las lleva a padecer anorexia.

“Eso es cierto no solo con respecto a la enfermedad celíaca, sino con otras enfermedades que requieren restricciones dietéticas, como la diabetes tipo 1”, indicó por su parte el doctor Neville Golden, jefe de medicina adolescente en la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, Estados Unidos.

Según los resultados del estudio, que aparecen publicados en la edición web de la revista Pediatrics, el vínculo más firme se encontró entre las mujeres cuya enfermedad celíaca les fue diagnosticada antes de los 19 años de edad. Sus probabilidades de tener un diagnóstico previo de anorexia fueron 4.5 veces más altas que las del grupo de mujeres sin enfermedad celíaca.

Conoce más: Harina de avena para personas con intolerancia al gluten

Pese a los desoladores resultados, la doctora Jericho destacó que el estudio fue elaborado entre 1969 y 2008, y que en los últimos años el estudio sobre la enfermedad celíaca ha aumentado. Mantener una dieta sin gluten ahora, expuso, es más manejable que hace años, con más opciones disponibles en los supermercados y en los restaurantes. Eso podría reducir parte del estrés y la ansiedad que puede conllevar un diagnóstico, explicó.

Finalmente, la especialista sugirió que si los pacientes con enfermedad celíaca, o sus padres, tienen la sensación de que sus restricciones alimentarias se han vuelto hasta cierto punto malsanas, deberían hablarlo con su médico.

 

Vía: Health Library