Detectar un posible problema de audición en los bebés es fundamental para tratarlo inmediatamente y reparar el daño, o disminuir de forma importante los riesgos. Es por ello que existen pruebas como la RATE (prueba de respuesta auditiva del tronco encefálico).
La RATE es una prueba que se utiliza para comprobar cómo funcionan los nervios auditivos y el cerebro en respuesta a los sonidos.
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Proporciona información a los profesionales de la salud sobre posibles pérdidas auditivas en un bebé o niño pequeño.
¿Cuándo es necesaria esta prueba?
Es necesario que un bebé sea sometido a esta prueba de respuesta auditiva en los siguientes casos:
-No supera las pruebas de cribado auditivo neonatal.
-Es demasiado pequeño para hacerse una prueba de audición ordinaria o bien padece un problema médico o evolutivo que hace que le resulte difícil sentarse y responder a los sonidos en una prueba auditiva ordinaria.
Preparación para la RATE
La preparación para esta prueba depende de la edad del niño. En los menores de 6 meses de edad, se deben tomar en cuenta las siguientes consideraciones:
-A esta edad la prueba se puede hacer sin sedación. El bebé debe permanecer dormido durante toda la prueba.
-Para ayudar a un bebé a quedarse dormido durante la prueba, se recomienda que los padres no alimenten a su hijo ni le dejen dormir durante las horas previas.
-Los padres deben llegar a la prueba cuando su hijo esté cansado y hambriento, pero todavía despierto.
-Antes de iniciar, el especialista le pedirá a los padres que alimenten a su bebé y que dejen que esté cómodo y relajado. Durante la prueba el bebé podrá quedarse dormido en los brazos de uno de los padres o bien en una cuna.
En los mayores de 6 meses de edad, es posible que se tenga que hacer la prueba bajo sedación.
La RATE suele durar entre 1 y 2 horas, pero es posible que se lleve hasta 3 horas, ya que si un bebé que está durmiendo se despierta durante la prueba, deberá volver a conciliar el sueño para poder continuar.
Este tipo de prueba de respuesta auditiva es segura, no duele ni tiene efectos secundarios.
Vía: Kid’s Health
