Se conoce como apnea del prematuro a un tipo de problema en la respiración de los bebés mientras duermen. Como su nombre sugiere, esta afección es bastante común en los bebés prematuros.

Debido a que es un problema frecuente, los médicos suelen diagnosticar un caso de apnea del prematuro antes de que la madre y el bebé sean dados de alta del hospital.

Esta afección ocurre debido a que los bebés prematuros todavía no tienen suficientemente madura la parte del sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) que se encarga de controlar la respiración.

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Lo anterior provoca grandes accesos de respiración enérgica seguidos de periodos de respiración superficial o ausencia de respiración.

¿En qué consiste?

Básicamente, la apnea del prematuro se da cuando un bebé prematuro realiza una pausa en su respiración durante 15 o 20 segundos mientras duerme.

También se puede dar el caso de que el bebé realice una pausa en la respiración durante menos de 15 segundos, pero su frecuencia cardíaca es lenta y el nivel de oxígeno que recibe es bajo.

La buena noticia es que, con la ayuda de los médicos, esta afección suele desaparecer por sí sola después de unas pocas semanas. Una vez que desaparece no suele volver.

¿Qué puedo hacer para ayudar a mi bebé?

En la gran mayoría de los casos, los bebés prematuros (en especial si tienen menos de 34 semanas de gestación al momento de nacer) reciben atención médica para la apnea del prematuro en la unidad de cuidados intensivos neonatales del hospital donde nacen.

Para una mayor tranquilidad, se recomienda que los padres hablen con el personal de la unidad de cuidados intensivos neonatales sobre lo que es mejor para el bebé: la forma más adecuada de sostenerlo, alimentarlo, hacerle caricias o simplemente hablarle suavemente.

En el caso de que a un bebé con esta afección lo envíen a casa con un monitor, los padres deben asegurarse de lo siguiente:

-Que el personal de la unidad de cuidados intensivos neonatal revise cuidadosamente el monitor junto con los padres.

-Que el personal brinde a los padres instrucciones detalladas sobre la manera y el momento en el que debe usar el monitor. También deben explicar a los padres cómo responder ante una alarma.

 

Vía: Kid’s Health