La saturación de oxígeno mide la cantidad de hemoglobina que transporta oxígeno en la sangre. La sangre de un bebé nacido a término, como la de un niño o un adulto, debe tener una saturación de oxígeno de entre el 95% y el 100%.

La sangre de un bebé prematuro que recibe oxígeno adicional por lo general se mantiene entre el 88% y el 94% de saturación aproximadamente, no más. Esto para prevenir la retinopatía del prematuro, que es una afección ocular grave en donde los vasos sanguíneos crecen de una forma anormal dentro del ojo, lo que puede desencadenar escapes de sangre o sangrado. Lo anterior conduce a la cicatrización de la retina, la capa de tejido nervioso del ojo que envía al cerebro los mensajes que nos permiten ver.

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En el hospital, la oximetría de pulso se utiliza para medir la cantidad de oxígeno en la sangre. Cuando la sangre no tiene suficiente oxígeno, se dice que hay desaturación. Las desaturaciones pueden provocar un tinte azulado en los labios o en la piel y hacer que el bebé pierda tono y se vuelva “flexible”.

Fuente: Very Well Health ​​/ KidsHealth