Aparte de los cambios en la función inmunológica, los cambios hormonales también pueden aumentar el riesgo de infección en las mujeres embarazadas. Estas fluctuaciones en los niveles hormonales a menudo afectan el tracto urinario, que se compone de:

  • Riñones, que son órganos que producen orina
  • Uréteres, que son conductos que transportan la orina desde los riñones hasta la vejiga
  • Vejiga, que es donde se almacena la orina
  • Uretra, que es un tubo que transporta la orina fuera del cuerpo

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A medida que el útero se expande durante el embarazo, ejerce más presión sobre los uréteres. Mientras tanto, el cuerpo aumenta la producción de una hormona llamada progesterona, que relaja los músculos del uréter y la vejiga. Como resultado, la orina puede permanecer en la vejiga demasiado tiempo. Esto aumenta el riesgo de desarrollar una infección del tracto urinario. Los cambios hormonales también te hacen más susceptible a un tipo de infección por levaduras conocida como candidiasis. Los niveles más altos de estrógeno en el tracto reproductivo te predisponen a las infecciones por hongos.

Además, los cambios en la cantidad de líquido en los pulmones pueden aumentar el riesgo de infecciones pulmonares, como la neumonía. Tus pulmones contienen más líquido durante el embarazo, y esa mayor cantidad de líquido ejerce más presión sobre los pulmones y el abdomen. Esto hace que sea más difícil para tu cuerpo eliminar este líquido, lo que hace que se acumule en tus pulmones. El exceso de líquido estimula el crecimiento bacteriano y dificulta la capacidad de tu cuerpo para resistir las infecciones.

 

Fuente: Healthline