Debido al estrés provocado por fuertes cargas de trabajo o durante los periodos de exámenes, el síndrome del colón irritable es común entre estudiantes universitarios y los trabajadores. Así lo indicó, en un comunicado de la Secretaría de Salud, Gabriela Gutiérrez, jefa del Servicio de Urgencias del Hospital General de México “Eduardo Liceaga”.
Y es que por el dolor abdominal que provoca, este problema es causa frecuente de atención médica en los servicios de urgencias, medicina general y gastroenterología.
Las señales más comunes del síndrome del colón irritable son dolor en la parte baja del abdomen, inflamación, diarrea y constipación, así como la presencia de gases y ruidos en el intestino.
No obstante, algunas de las personas tienen este padecimiento confunden los síntomas con una indigestión, dado que después de ingerir los alimentos se sienten inflamadas.
Esta situación lleva a que se automediquen, lo que puede enmascarar una enfermedad orgánica grave que quizá no pone en peligro la vida, pero puede provocar ausentismo escolar o laborar debido a las molestias.
Por ello, la especialista precisó que si se han tenido los síntomas más de tres días durante los últimos tres meses, es necesario acudir a un centro de salud.
Las causas que provocan el síndrome del colón irritable son multifactoriales, en ocasiones se desarrolla después de infecciones intestinales, en épocas de estrés o por consumo de lácteos, alimentos muy condimentados, bebidas carbonatadas, leguminosas, brócoli o coliflor y por el tabaquismo.
El síndrome de colón irritable se presenta al final de la adolescencia o inicio de la edad adulta y es más recurrente en mujeres que en hombres. Puede acompañarse de enfermedad por reflujo o patologías de la vesícula.
Esta enfermedad no tiene cura y es recurrente, sobre todo si se relaciona con el estrés, por lo que se recomienda hacer ejercicios de relajación, como yoga, para ayudar en los casos de ansiedad y depresión.
Además, para atender el síndrome de colón irritable se recomienda dejar hábitos como el tabaquismo y la ingesta de refresco.
Vía: Secretaría de Salud